diciembre 9, 2025
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Condena por “acoso discriminatorio” y una indemnización de 20.000 euros – más 3.400 en costas judiciales – a la Asociación de Estudios Jurídicos sobre Inmigración (Asgi). Esto es lo que decidió el tribunal de Turín contra Vittorio Feltri, director editorial de Giornale, por las sentencias que pronunció el 28 de noviembre de 2024 durante el episodio de La Zanzara, el programa de Giuseppe Cruciani. El tema en el centro de la discusión en el estudio fue el caso de Ramy ElgamlMurió cuatro días antes después de un persecución imprudente con la policía en las calles de Milán. El asunto provocó una revuelta en el barrio de Corvetto y numerosas declaraciones acusatorias de la izquierda contra los militares que serán juzgados, aunque se demostró su correcto comportamiento durante estos momentos turbulentos.

“No voy a los suburbios, no me gustan. Son caóticos, feos y sobre todo lleno de ciudadanos extracomunitarios “Eso no lo soporto”, dijo Feltri. “Míralos… Y luego ves lo que hacen aquí en Milán, eh, ¿cómo puedes amarlos? …Sí, no me gustan los musulmanes… Pero le dispararia en la boca“. A la afirmación de que “no es por ser musulmanes que todos son ladrones y asesinos”, el director editorial del periódico respondió: “Todos, todos. No me avergüenza en absoluto considerar a los musulmanes como razas inferiores“.

La demanda contra el periodista fue interpuesta por Asgi y las asociaciones Arci, Lunaria, Cambio Passo y La Casa Nel Mondo Onlus también pasaron a ser partes civiles. Feltri, asistido por las abogadas Valentina Ramella y Carlotta Nannini, se defendió subrayando “estilo provocativosatírico y sin filtro” del formato radiofónico Radio 24. También publicó un artículo el 2 de diciembre de 2024 en el que, respondiendo a una carta de un lector, aclaraba que “no los considero una raza inferior, porque tal vez sean negros o en todo caso no caucásicos”. Son inferiores, y lo repito con orgullo, como todos, incluidos los italianos.pisoteáis cualquier regla de la vida civil, mientras exigís ser comprendidos, perdonados, justificados. “Este muchacho fue a buscarlo. No es víctima de la policía, de la ley, del Estado. Y víctima de sí mismo y una cultura que ignora todas las reglas”, prosiguió el director, subrayando que “el problema es más que grave y centrarse en mis comentarios, calificados de racistas, es una forma más de desviar la atención, de desviarla del fenómeno que denuncio”.

Una posición clara y clara que, como se ha subrayado, demostraría “la ausencia total de intención ofensiva o discriminatoria”, dado que el director afirmó expresamente que cualquier persona, independientemente de su raza, origen o religión, que viole la ley debe ser considerada “inferior”.

Sin embargo, esto no fue suficiente para el juez Ludovico Sburlati quien, en los motivos de su condena, afirmó que las frases pronunciadas por Feltri no parecen tener un “tono irónico” y no suscitan ninguna “sonrisa amarga que la sátira debería provocar, sino más bien la burla o el desprecio”. Según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, constituirían por tanto “un ataque gratuito y destructivo al honor”.

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