El ejército israelí anunció el martes 9 de diciembre que había bombardeado la infraestructura del movimiento islamista proiraní Hezbollah en el sur del Líbano.
El ejército dijo en un comunicado de prensa que había atacado una base de lanzamiento utilizada para lanzar ataques contra Israel. Dicen que también atacaron un complejo de entrenamiento de las fuerzas de Al-Radwan, una unidad de élite de Hezbolá, campos de tiro, áreas de entrenamiento para diversos tipos de armas e instalaciones militares pertenecientes al grupo chiíta proiraní.
A pesar del alto el fuego declarado en noviembre de 2024, tras más de un año de hostilidad entre Israel y Hezbolá, el Estado judío ha seguido perpetrando ataques en el Líbano, que se han intensificado en las últimas semanas. También ocupa cinco puntos fronterizos en el sur del Líbano.
Presión estadounidense sobre el Líbano
A principios de noviembre, Israel amenazó con incrementar sus ataques en el Líbano, acusando al movimiento de “reiniciar”. Hezbollah se ha visto significativamente debilitado por la guerra, incluido el asesinato de su líder histórico, Hassan Nasrallah, por un ataque israelí en septiembre de 2024 en Beirut.
Desde entonces, Estados Unidos ha aumentado la presión sobre las autoridades libanesas para que desarmen al grupo, un plan al que Hezbollah y sus aliados se oponen, citando en particular la continua presencia israelí en territorio libanés.
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