Los efectos del cambio climático se están sintiendo. Incluso en el Mediterráneo donde, en 2024, se registrarán las temperaturas récord, olas de calor e intensos torbellinos de los últimos 40 años. Este escenario lo describe un estudio realizado por investigadores de Enea con los de Cnr y la asociación MedSharks, y publicado también en la revista Frontier in Marine Sciences.
Valor máximo de los últimos 40 años
Los expertos analizaron en detalle “la variabilidad espacio-temporal de la anomalía térmica de 2024 y los mecanismos que la determinaron”. El estudio muestra que se registraron temperaturas récord en el Mediterráneo occidental y oriental “combinadas con un aumento significativo de la energía cinética media de las corrientes, registrando el año 2024 el valor máximo de toda la serie histórica (40 años)”.
Un análisis complejo
El análisis se basó en un amplio conjunto de observaciones multidisciplinares, incluidas observaciones satelitales que miden la temperatura y el nivel del mar, datos meteorológicos que proporcionan información sobre los intercambios térmicos entre la atmósfera y el mar, pero también mediciones in situ de las temperaturas costeras recopiladas a través de actividades de ciencia ciudadana y datos obtenidos a partir de modelos oceanográficos.
“Si el calentamiento gradual de la cuenca ha continuado desde principios de los años 1980 – comenta el coordinador del proyecto Ernesto Napolitano del Laboratorio de Modelos y Servicios Climáticos ENEA -, desde 2022 el aumento de las temperaturas de la superficie del mar ha adquirido características excepcionales, alcanzando su punto máximo en 2024, el año más caluroso registrado”.
Calentamiento anormal en 2024
En 2024, el “calentamiento anormal”, subraya el estudio, fue precedido por una fase prolongada de acumulación de calor entre la primavera de 2022 y el verano de 2023, seguida entre el otoño de 2023 y la primavera de 2024, por una menor dispersión de calor hacia la atmósfera, que mantuvo la temperatura del mar muy por encima de la media estacional. “En febrero de 2024, la temperatura de la superficie del mar superó los 15°C en el Mediterráneo occidental – continúa Enea – y los 18°C en el Mediterráneo oriental, mientras que a finales de agosto las aguas de la cuenca oriental alcanzaron los 29°C, provocando una extraordinaria ola de calor marina. La presencia de una capa superficial mixta, es decir la capa más superficial del mar, inusualmente delgada, favoreció la acumulación de calor en las capas más superficiales, acentuando y prolongando la anomalía.