“Estamos realmente hartos. Pedimos a todos que apoyen el proyecto de ley contra el antisemitismo”. Los judíos italianos están cansados de ser atacados y recibir a cambio palabras y palmaditas en la espalda. “Estamos cansados de los apretones de manos, cansados de no poder llevar libremente la kipá, cansados de los ataques y de las hipocresías”, abre los brazos el presidente de la Comunidad Judía de Milán, Walker Meghnagi (en la foto).
Y la mayor hipocresía es pensar que la hostilidad que sufren los judíos italianos es sólo un problema para ellos y no para Italia. El clima es cada vez más difícil. Después del 7 de octubre, la solidaridad duró sólo una mañana, luego el odio volvió con más fuerza que antes. Y esto no cesa, a pesar de la tregua en Gaza. “Las protestas continúan. Con grupos marginales haciendo y diciendo lo que quieren. Pensemos en los agentes que fueron atacados”. Esto no tiene nada que ver con la libertad de opinión. “La democracia es la sal de la vida pública – observa el presidente – pero la democracia es válida para todos. Incluso para mí. Y sin embargo, parece que nadie plantea el problema de poner una barrera a nivel político. Las 5 estrellas, Bonelli, Fratoianni. Estamos perdiendo el sentido de la proporción y de la razón”. Esto afecta no sólo a los extremistas, sino también a la legitimación del odio, también hecho de silencios. “Los actos de antisemitismo han aumentado en un 400%. ¿Viste al estadounidense atacado en la estación central de Milán? Y en el interior es peor, hay zonas a las que no podíamos ir. Conozco Milán desde siempre, nunca ha sido así”. Y no sólo Milán. Se llegó al punto de desfigurar la lápida de Stefano Tachè, asesinado a los 2 años por terroristas. “Es horrible. Y me pregunto por qué Elly Schlein no dice nada, por qué no fue allí para hacer un simple gesto, para enviar un mensaje: no lo aceptamos. No”. Meghnagi había explicado que con la izquierda en el gobierno, los judíos estarían en peligro. “Dijeron que estaba loco. ¿Has visto a Decaro cantando sobre Palestina desde el río hasta el mar?” La (ir)responsabilidad de los “malos profesores” es clara. “¿Habló la señora Albanese de una advertencia a la prensa? ¿Hemos llegado a ese punto? Así que yo también debería esperar una advertencia porque soy sionista”. “¿Y es la ONU?”
En este clima, los judíos italianos esperan algo más: “Una condena fuerte, más allá del color político”. Hay una reacción. “Delrio era bueno, como Fassino, e incluso dentro del Partido Demócrata hay quienes luchan valientemente contra el antisemitismo: Picierno, Guerini…”. “Pero el proyecto de ley del ex ministro demócrata fue deslegitimado por el jefe del grupo Boccia. Hagámoslo realidad”. El centroderecha ha presentado o apoyado propuestas similares. “Gasparri, Romeo y otros nos prestan mucha atención. Y esperamos una reacción positiva de Renzi y Calenda”. Pero quienes hoy luchan contra el antisemitismo en la izquierda parecen mal tolerados. Como Emanuele Fiano, cuestionado incluso por los Jóvenes Demócratas: “Recibió algunas bofetadas… Y es moderado, Netanyahu lo cuestiona, pide dos Estados”. Delrio también fue criticado por intelectuales judíos. “Algunos de ellos, si no tuvieran estos cargos, no serían considerados. Lerner, Moni Ovadia, Anna Foa, ¿a quién representan?” Meghnagi fue elegido para representar a la Comunidad de Milán, que volverá a las urnas dentro de unos días: “Han sido 4 años intensos, ha pasado de todo. He perdido 10 kilos. Luchamos cada día contra el antisemitismo. Hemos aumentado la seguridad, mejorado las escuelas para los niños, que ven a las fuerzas policiales que nos protegen cada día y que son legendarias”.
Pero no es sólo odio. “He recibido cientos de mensajes de solidaridad. Los italianos de hoy no son antisemitas. Preguntan, critican, pero no son antisemitas. Avanzamos unidos. Y seguimos sin agachar la cabeza. Con orgullo”.
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