Fue en octubre de 2021, en medio de un período de interrogantes relacionados con la crisis sanitaria, cuando Emmanuel Macron lanzó oficialmente Francia 2030. En ese momento el país tomó conciencia de sus necesidades de soberanía y en particular de reindustrialización. La dotación dedicada a este gran Plan, del orden de 54 mil millones de euros, tiene como objetivo permitir a Francia, a través de sus empresas, ponerse al día y centrarse fuertemente en algunos grandes sectores como la robótica, la aeronáutica, el hidrógeno o la salud…
Cuatro años después, Francia 2030 ha apoyado más de 7.500 proyectos y ha aportado 40.000 millones de euros a su desarrollo. Proyectos repartidos por los territorios. Porque los proyectos industriales y de innovación no se concentran sólo en la capital. En Marsella, Bruno Bonnell salió al terreno, entre las empresas apoyadas, como Erava, con sede en Port Saint-Louis du Rhône, que obtuvo la ayuda “First Factory” para su proyecto de resinas y composites a base de algas verdes filamentosas. O en el marco de los “Studios de la Méditerranée”, que se refieren a la ampliación de la sede existente en Martigues y a la transformación de la antigua fábrica Saint-Louis Sucre de Marsella en estudios de cine. En el Sur, Francia 2030 aportó 1.190 millones de euros a los 515 proyectos ganadores. Es decir, el 4% de la asignación total, L’Occitanie, Hauts-de-France y Auvergne-Rhône-Alpes en particular, obtienen mejores resultados con el 7%, el 13% y el 23% respectivamente.