Willie Walsh no es ajeno a las invectivas. En rueda de prensa este martes, el director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) no se desvió de su norma. Y esta vez fueron los fabricantes de motores y equipos los que se vieron afectados, aunque, como de costumbre, la Unión Europea, los productores de combustible de aviación sostenible y el gobierno británico no se salvaron.
Si esta situación no convence en absoluto al presidente de la principal asociación de compañías aéreas del mundo, que cuenta con 360 miembros que representan el 80% del tráfico mundial, es porque cree que los fabricantes de motores mejoran sus márgenes sin hacer su trabajo debido a los persistentes retrasos en las entregas de nuevos aviones. Menciona indiscriminadamente a GE, Safran e incluso Honeywell y no duda en expresar su descontento:
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