En Cilavegna, en el corazón de Lomellina, la guardería instalada por Pro Loco se ha convertido una vez más en el objetivo de quienes, durante las vacaciones, parecen encontrar satisfacción sólo golpeando los símbolos más reconocibles de la tradición. En las últimas horas, alguien ha manipulado las estatuas colocadas en el exterior por la asociación: el burro con la oreja rota, una gallina colocada en el pesebre en lugar del Niño Jesús, otras figuras se movían o caían. Sólo un pequeño gesto, pero que atestigua un clima de abandono cultural cada vez menos episódico.
Los voluntarios de Pro Loco informaron ellos mismos del incidente y expresaron su enojo en las redes sociales. “Pequeños actos vandálicos contra cosas que no deberían molestar a nadie”, escribieron, recordando que detrás de este belén hay tiempo, trabajo y libre esfuerzo. Luego la amarga conclusión: “Quien haya hecho esto debería avergonzarse“. Palabras que transmiten el sentimiento de frustración ante un acto que perjudica no sólo a la exposición, sino a la comunidad que la creó.
El episodio inmediatamente provocó indignación en el país. La policía abrió una investigación.también porque la zona está cubierta por cámaras de videovigilancia y las imágenes podrían ayudar a dar con los responsables. Un detalle que no es secundario, ya que Esta no es la primera incursión contra símbolos religiosos o instalaciones navideñas. Como recuerda L’Informatore Vigevanese, en el pasado reciente no faltaron actos similares, incluso contra la estatua del ángel situada detrás de la iglesia. Una secuencia que hace difícil descartar lo ocurrido como un simple golpe de genialidad.
El vandalismo en la guardería de Cilavegna es parte de una serie de episodios
que ponen a prueba la paciencia de los voluntarios y el sentido de comunidad de la ciudad. Mientras continúa la investigación, queda la sensación de que el verdadero objetivo no son sólo las estatuas, sino el valor simbólico de una tradición que une y que, como tal, merece respeto.