Estamos en el corazón de la diagonal del vacío, esta franja de terreno o de viviendas de baja densidad que atraviesa Francia de noreste a suroeste. Quizás sin rascacielos, pero no faltan ideas e iniciativas para revitalizar estas zonas rurales, como el proyecto Terres du Sud Aubois, lanzado oficialmente este jueves 4 de diciembre de 2025 por un grupo de 28 agricultores del Aube en Villiers-sous-Praslin, en el que también participan los municipios vecinos de Lantages, Vougrey, Praslin, Chaource y Chesley.
En este sector situado en la frontera entre Barrois Champenois y la Champaña húmeda, los agricultores sufren los efectos del cambio climático, con suelos a veces demasiado húmedos y a veces demasiado secos según las épocas. “Se trata de tierras que hoy en día ya no son rentables en absoluto y corren el riesgo de volver a quedar incultas”, afirma Aurélien Chainé, un gran productor de cereales de Villiers-sous-Praslin.
Cualquiera que sea su negocio, todos enfrentan las mismas circunstancias económicas. Luego abordaron el problema de frente para encontrar una solución colectiva y sostenible para perpetuar sus granjas. “Vimos que había un movimiento fundamental en relación al desarrollo de las energías renovables. En nuestros sectores estamos bastante alejados de las redes de gas, por lo que no había posibilidad de metanización con biogás. El agrivoltaismo nos parecía un proyecto innovador que podía integrarse muy bien en nuestros problemas”, subraya el productor.
Una oportunidad para diversificarse
El proyecto tiene numerosas ventajas. En particular, ofrece una nueva e importante fuente de ingresos a los residentes al producir electricidad con bajas emisiones de carbono. “Se trata de un proyecto colectivo, por lo que se trata de pequeñas superficies por operador… Pero podría permitir generar entre 500 y 1.000 euros más al mes para los operadores”, subraya Aurélien Chainé.
Pero, ¿es realmente compatible la instalación de paneles fotovoltaicos con la explotación de terrenos agrícolas? El agricultor no tiene dudas: «Comenzaremos con tecnologías de seguidores o de paneles verticales, espaciados aproximadamente 14 m, que permiten el cultivo en franjas entre los paneles, tanto para el cultivo tradicional como para la producción de forrajes. »
Otras ventajas son poco conocidas pero esenciales: el agrivoltaismo permite mejorar el rendimiento de la tierra, pero también el bienestar de los animales. “Con los paneles se protege el suelo de algunos grados de temperatura… y cuando hay heladas bastante ligeras, se evitan este tipo de fenómenos”, explica Marin de Montbel, director general de TotalEnergies Renouvelables France, la empresa central del proyecto. “También permite, en caso de granizo, venir a proteger las plantaciones. Y, ante veranos cada vez más calurosos, disponer de paneles donde los animales puedan venir a protegerse ayuda a mejorar su bienestar, lo cual es muy importante para las explotaciones ganaderas, por ejemplo. »
Finalmente, gracias a los estudios de apoyo, los agricultores vieron la oportunidad de diversificar y adaptar la producción en función de la situación de las parcelas.
Jean-Marie Tabouret, un agricultor de Chesley, plantará, por ejemplo… árboles de trufa. “Siempre me han apasionado las trufas”, sonríe el experto. “Serán principalmente trufas del Périgord, porque podemos tener plantas de trufa de 1 a 1,50 m, que no competirán con los paneles. Encajarán bien entre sí porque, además, los paneles verticales evitan la evaporación del suelo. Incluso las heladas, porque las trufas del Périgord pueden congelarse en enero. »
Empezará plantando 4 hectáreas en 2 años. Con suelos calcáreos y asegurando el mantenimiento de una humedad adecuada, el suelo podría resultar propicio para un bonito cultivo de este tipo de setas, muy apreciadas en la cocina.
Al mismo tiempo, el colectivo vio la oportunidad de desarrollar un proyecto común para valorizar las tierras en barbecho, inutilizables para el cultivo de cereales. Si una parcela se destinará al desarrollo de la biodiversidad, otra se dedicará a la construcción de un redil y a la creación de pastos. El objetivo es llegar a un rebaño de 350 ovejas en 5 años con producción de cordero en circuito corto con cooperativas de ganaderos.
“En el sector ovino, Francia es estructuralmente deficitaria. Importamos más de lo que producimos”, observa el productor Aurélien Chainé. “Desde el punto de vista económico, existe una cierta dinámica en el consumo y los precios de las ovejas. Por eso decidimos aprovechar la ola. »
Suficiente electricidad para 65.000 personas
En busca de una empresa con la experiencia necesaria en el sector agrivoltaico, el grupo de agricultores recurrió a la multinacional TotalEnergies, que continúa diversificando su producción de energía hacia bajas emisiones de carbono. “Estamos en un proyecto de 126 megavatios… Para dar un orden de magnitud, son 100 millones de euros de inversión”, calcula Marín de Montbel. La solicitud colectiva de permisos de construcción está en curso y los primeros paneles podrían instalarse en 2028 para completar el proyecto en 2030.
Este gran proyecto cubriría el consumo eléctrico de un equivalente de 65.000 habitantes cada año. En cuanto a los ingresos de los agricultores, serán constantes y asegurados. “Todos tienen contrato garantizado con TotalEnergies”, asegura Marín de Montbel. «Cualquiera que sea la producción que alcancen los paneles, el agricultor conoce desde el principio sus ingresos para los próximos 25 años, lo que también le permite ayudarle cuando tiene que negociar préstamos para maquinaria agrícola con sus bancos. »
Deseosa de encontrar socios financieros, pero también puntos de referencia locales para el futuro, TotalEnergies ya ha recurrido a Grand Est Energies, una empresa de economía mixta fundada en la región del Grand Est con Crédit Mutuel Impact y Energie Partagée Investissement. Especializado en apoyar proyectos dedicados al desarrollo sostenible, cubrirá el 10% de las inversiones.
“La región del Gran Este es la única región que ya obtiene más del 50% de su electricidad de fuentes renovables, mientras que tenemos tres centrales nucleares que producen una cantidad considerable de electricidad”, se alegra François Werner, vicepresidente del Gran Este responsable de la transición ecológica y energética. «Hay que seguir con la eólica, la fotovoltaica, la hidroeléctrica, la geotérmica… Hay que avanzar en todas direcciones.»