diciembre 10, 2025
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Se trata de una bomba de tiempo digital que acaba de ser descubierta en las entrañas de la red Ile-de-France. El 19 de enero de 2038, exactamente a las 3:14 y 7 segundos, más de un tercio de la red RATP corre el riesgo de detenerse definitivamente. Se trata de un grave error informático que afecta al software de a bordo de los trenes y que el tribunal administrativo de París ordenó al fabricante Alstom corregir el 13 de noviembre, según reveló l’Informed.

Un defecto “oculto” descubierto por casualidad

Todo empezó el 5 de octubre de 2017, durante una sencilla revisión técnica. Los equipos de la RATP intentan insertar una fecha superior a 2037 en la consola de un tren MI09, el modelo que circula por el RER A. En vano. La pantalla se niega a ir más lejos. Este descubrimiento fortuito revela una disfunción que es mucho más grave de lo que parece.

El problema tiene un nombre técnico: “error del año 2038”, o “error A…” en la jerga legal. Esta es una limitación computacional relacionada con la codificación de fechas. Los ordenadores de a bordo de los trenes, programados en “32 bits firmados”, no pueden registrar fechas posteriores al 19 de enero de 2038 a las 3:14’7”. Después de este plazo, los sistemas informáticos ya no sabrán qué hora es, con consecuencias potencialmente catastróficas para el movimiento de los trenes.

La cuestión se agravó aún más cuando la RATP descubrió que Alstom había insertado líneas de código en el software para impedir manualmente la introducción de fechas posteriores a 2037. Un ocultamiento que el fabricante nunca pudo justificar ante los tribunales. “El defecto se ocultó deliberadamente”, se lee en la decisión judicial.

De los 261 softwares a bordo de los trenes MI09, se analizaron 223. De ellos, 38 están confirmados como portadores del virus. Pero nadie es catalogado como “no interesado” con las palabras “aprobado” o “pruebas aportadas”, destaca el fallo. Por tanto, sigue siendo necesario un análisis exhaustivo.

Una disputa que dura seis años

Como medida de precaución, la RATP pidió a Alstom que estudiara el fallo de todos los equipos encargados. Fue durante la reunión del 19 de noviembre de 2018 cuando Alstom reveló la magnitud del desastre: el error podría extenderse a todos los equipos suministrados en el marco de varios contratos públicos.

En concreto, más de un tercio de la red RATP está amenazada. Ocho líneas de metro están afectadas: la línea 1 (MP05), las líneas 2, 5 y 9 (equipadas con el modelo MF01), las líneas 4 y 6 (MP89) y las líneas 4, 11 y 14 (MP14). A ello se suman el MI2N del RER A y tres modelos de tranvía que circulan en seis líneas: la T3 y T3b (TW03), la T5 (TW07), la T6 (TW09), así como la T7 y la T8 (TW10).

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Desde abril de 2018, la RATP ha pedido a Alstom que lleve a cabo un análisis exhaustivo de los sistemas informáticos. Entre noviembre de 2018 y mayo de 2019 se llevaron a cabo varias reuniones, sin resultados concretos. En octubre de 2019, la RATP emprendió acciones legales.

El fabricante intenta defenderse afirmando que las autoridades deberían haber sido conscientes del problema, dado que el plazo de 2038 “se menciona ya en 1999 en publicaciones destinadas al público en general”. Alstom también cita el hecho de que la RATP había recomendado el uso de software de “fuente abierta”, a menudo codificado en 32 bits.

Un programa estricto y atado

El Tribunal rechaza estos argumentos. “La RATP, que sólo se encarga del transporte en París y en Isla de Francia, no dispone de competencias técnicas idénticas a las de Alstom Transport, que es fabricante y diseñador de material rodante”, recuerda la decisión. El juez señala que Alstom no podía ignorar que los trenes debían circular durante al menos 30 años, o incluso 40 años según algunos documentos contractuales.

Sin embargo, los 140 trenes MI09 se entregaron entre diciembre de 2011 y abril de 2017. Por lo tanto, la fecha límite del 19 de enero de 2038 está dentro de la vida contractual del equipo. “El error hace que los materiales en disputa sean inadecuados para su uso”, concluyó el tribunal, calificando el defecto como un “defecto oculto” según el Código Civil.

El tribunal concedió a Alstom cinco años para resolver el problema, con un calendario preciso y fuertes multas. El fabricante primero debe establecer un inventario completo en 12 meses, luego encontrar y probar una solución durante los próximos 24 meses, antes de implementarla en toda la flota durante los próximos dos años.

Cada mes de retraso le costará al fabricante 100.000 euros. Si no se soluciona todo en un plazo de cinco años la multa ascenderá a un millón de euros al mes. Alstom también deberá presentar un informe anual sobre el progreso de sus investigaciones, so pena de pagar una multa mensual de 100.000 euros.

Un problema de continuidad del servicio público

Más allá del aspecto técnico, está en juego la continuidad del servicio público. El RER A es la línea más transitada de Europa, con más de un millón de viajeros al día. Su sola parálisis, incluso parcial, provocaría el caos en el transporte en Isla de Francia.

El problema va más allá del caso parisino. Este “error del año 2038”, similar al “error del año 2000”, afecta potencialmente a muchos sistemas informáticos en todo el mundo, desde máquinas expendedoras hasta equipos industriales, incluidas algunas redes eléctricas. Hay una carrera contra el tiempo en curso para todos los sectores críticos.

Contactado por nosotros, el fabricante declaró que había “tomado nota de la decisión del Tribunal Administrativo de París” y que había “decidido recurrir contra esta decisión”. “Como el procedimiento está en curso, no tenemos más comentarios que añadir”, dijo Alstom. Por su parte, la RATP no quiso hacer comentarios.

Por ahora el grupo aún no ha encontrado una solución técnica definitiva al problema. Si la sentencia se confirma en apelación, tendrá hasta noviembre de 2030 para hacerlo. Si todo se completa a tiempo, las actualizaciones del sistema no deberían tener impacto en las operaciones.

El asunto podría tener repercusiones mucho más allá de la capital. RATP no es la única que colaboró ​​con Alstom entre 1989 y 2014. Durante estos veinticinco años, el fabricante francés ha equipado decenas de redes de transporte en todo el mundo. Otros operadores, en Francia y en el extranjero, pueden descubrir que su hardware también está afectado por el mismo defecto de software, lo que allanará el camino a nuevos litigios.

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