diciembre 9, 2025
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El tono del comunicado de prensa fue agudo. La ciudad de Frankfurt tolera y apoya un acto antisemita, afirma. Su manejo de la “agitación antisemita motivada por la izquierda” no sólo fue problemático en este caso, sino también “en el pasado”, al tolerar, por ejemplo, la ocupación de una casa por activistas propalestinos durante semanas. Por ello, el Ministro del Interior de Hesse, el demócrata cristiano Roman Poseck, lanzó un llamamiento: Frankfurt debe oponerse más decididamente a la “propaganda antisemita”.

El motivo de la indignación de Poseck: la proyección de una película en el club alternativo de izquierda Voltaire. Durante el fin de semana se proyectó allí el documental “Gaza Fights for Freedom” de la periodista estadounidense Abby Martin: una película con mucha cobertura sobre las protestas de los palestinos de Gaza en la valla fronteriza con Israel en 2018 y 2019. Se proyectó como parte del “Ciclo de Cine Antifascista” patrocinado por el Departamento de Cultura de Frankfurt.

También estuvo presente Wieland Hoban, presidente de la asociación “Voz judía por una paz justa en Oriente Medio”, grupo clasificado como “ciertamente extremista” por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. Los miembros de “Jewish Voice” trivializaron el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, calificándolo de “fuga de prisión”.

Se ha cruzado una “línea roja”

¿Cómo puede el departamento cultural de Frankfurt aportar fondos para este fin? Poseck hizo esta pregunta en su mensaje redactado con dureza. La respuesta a esta pregunta es variada. El departamento cultural dirigido por la política del SPD Ina Hartwig no ha estado tan inactivo como lo describe el ministro.

Cuando se enteraron de la proyección de la película “se distanciaron claramente” del organizador, ahora el departamento responde a las críticas de Poseck con su propio comunicado de prensa. Los organizadores no incluyeron ni la película ni la aparición de Hoban en su solicitud de financiación, por lo que su financiación está siendo “revisada críticamente”. También se pidió a los organizadores que eliminaran el logotipo de la Oficina Cultural del sitio web, pero hasta el momento esto no ha sucedido.

Hartwig deja claro que se cruzó una “línea roja” con la invitación de Hoban. Pero también dice con razón que en Frankfurt se celebran cada día cientos de eventos culturales: “No podemos ni debemos escanearlos todos los días como un Estado de vigilancia y, en caso de duda, prohibirlos”. Una conversación debe seguir siendo posible.

¿Qué podemos aprender del intercambio de golpes entre el ministro del Interior y el jefe del Ministerio de Cultura? Probablemente hubiera sido más prudente si los dos hubieran intercambiado ideas antes de emitir los comunicados de prensa. Por tanto, parece que no hay acuerdo sobre el objetivo de combatir el sentimiento antisemita. Al final, sólo un bando se beneficia: los extremistas.

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