diciembre 11, 2025
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Gritos, sillas y escritorios volcados, familiares dispuestos a atacar a los jueces: todo ocurrió en la sala 413 del Tribunal de Nápoles tras la lectura de la sentencia por la explosión de la fábrica ilegal de fuegos artificiales de Ercolano (Nápoles), ocurrida el 18 de diciembre de 2024. Tres jóvenes perdieron la vida en el accidente, las gemelas Sara y Aurora Esposito, de 26 años, y Samuel Tafciu, de 18 años. La explosión destruyó el edificio y el estruendo se escuchó en todas las comunidades situadas al pie del Vesubio. Bajo los escombros, tras horas de trabajo, los bomberos recuperaron los cuerpos de las tres víctimas que tenían niños muy pequeños. Murió por la explosión de barriles ilegales, después de haber sido alistado con un salario de miseria, entre 150 y 250 euros semanales, y se suponía que era su primer día de trabajo.

La jueza de la audiencia preliminar, Federica Girardi, condenó a los dos propietarios de la empresa, Pasquale Punzo y Vincenzo D’Angelo (detenidos el pasado mes de abril, ndr.), a 17 años y 6 meses de prisión por triple homicidio doloso con posible malicia y control de pandillasmientras que el proveedor de pólvora, Raffaele Boccia, fue condenado a 4 años de prisión. La fiscalía había solicitado 20 años de prisión para los dos empresarios y 4 años para Boccia. Desde el inicio de la audiencia, la tensión era palpable. Los familiares de las víctimas y los de los acusados ​​se enfrentaron, mientras la policía y los carabinieri mantenían el orden. El personal sanitario tuvo que intervenir varias veces para ayudar a las personas que se sentían enfermas.

Cuando se leyó el dispositivo, estalló el enojo de los familiares de las víctimas. “Diecisiete años de prisión por tres muertes no es justicia”, gritaron dirigiéndose también a los familiares de los acusados. “Terminamos en el psicólogo – agregaron – ya no dormimos por el dolor de no poder besarlos”. Entre los más afectados, Kadri Tafciu, padre de Samuel, de 18 años: “Allí dice “la justicia es igual para todos”, pero eso no es cierto. Me sentí ofendido, fui insultado por las personas cercanas al acusado”. El accidente ya había puesto de relieve la gravedad de la gestión abusiva de la fábrica, con la ausencia total de normas de seguridad y la extrema peligrosidad del lugar de trabajo. Las víctimas estaban ocupadas preparando fuegos artificiales cuando la explosión las abrumó.

Una reacción “desordenada” pero “predecible y comprensible” en un país donde “El trabajo no declarado es un flagelo aceptado como red de seguridad social” comenta la abogada Nicoletta Verlezza, que ayudó a la familia de los dos gemelos muertos en el proceso por la explosión de la fábrica de fuegos artificiales. “Incluso con veinte años de prisión – subrayó – lo que pasó habría sucedido. Son muertes de las que nosotros, como sociedad civil, también debemos considerarnos culpables. » La abogada, sin embargo, dice estar satisfecha con la forma en que terminó el juicio.El pedido del fiscal era máximo, 20 años. y la sentencia dictada fue ligeramente menor: estamos satisfechos porque la acusación se mantuvo”.

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