Para que una valla sea realmente eficaz a la hora de impedir la entrada de animales peligrosos como ratas y serpientes, es necesaria una planificación cuidadosa prestando atención a los siguientes aspectos técnicos:
1. Densidad de huecos o agujeros en la cerca
Los espacios entre las planchas deben ser muy estrechos para que los animales pequeños no puedan pasar. Para cercas a prueba de serpientes, la distancia máxima recomendada es de 0,5 cm, considerando que las serpientes pueden pasar por agujeros tan pequeños como 2 cm. Esta densidad también es eficaz para evitar que los ratones entren en el área de la casa.
2. Altura ideal de la valla
La altura de la cerca juega un papel importante para evitar que los animales trepen o salten. Se recomienda una altura mínima del suelo de 70 cm, siendo el tamaño ideal entre 90 cm y 122 cm. Para una máxima protección contra las serpientes, algunos expertos recomiendan incluso una altura de 1,5 a 2 metros.
3. Profundidad de los cimientos de la cerca
La parte inferior de la cerca debe estar incrustada en el suelo a una profundidad de 10 a 30 cm para evitar que las serpientes excaven y entren por debajo. Alternativamente, la parte inferior de la malla de alambre se puede doblar en forma de “L” de unos 30 cm de largo, luego plantarla en el suelo y anclarla con clavijas de acero para hacerla más resistente.
4. Superficie y estructura de la cerca
Elija una superficie de cerca que sea lisa o ligeramente inclinada hacia afuera para dificultar el ascenso de las serpientes. Estructuras como esta añaden una capa de seguridad sin reducir el valor estético de la valla.