Roma, 10 de noviembre (Adnkronos) – “Estoy sinceramente sorprendido por las palabras del Honorable De Luca. Definir esta maniobra presupuestaria como “austeridad” significa ignorar la realidad de las cifras y el contexto en el que se encuentra Italia. Mantener las cuentas en orden no es austeridad, sino sentido común: reducir la deuda pública significa pagar menos intereses y liberar recursos para inversiones y políticas sociales. Es una opción de responsabilidad hacia los ciudadanos y las generaciones futuras, y no un sacrificio impuesto. En el caso de los impuestos, resulta curioso escuchar acusaciones de aumento por parte de quienes apoyaron gobiernos que los llevaron a los niveles más altos de Europa. Así lo afirma en una nota el senador Fratelli d’Italia, Nicola Calandrini, presidente de la Comisión de Presupuesto.
“Con esta medida – prosigue – reducimos la tasa del Irpef del 35 al 33% para rentas entre 28.000 y 50.000 euros, una medida concreta que deja más dinero en los bolsillos de los trabajadores y de las familias de clase media. En lugar de aumentar los impuestos: es una medida que restablece la confianza y el poder adquisitivo. Incluso en el ámbito de la salud, los números hablan por sí solos. Las asignaciones ya previstas en años anteriores nos permiten financiar renovaciones contractuales del personal, reducir las listas de espera y reforzar los servicios en la zona”.
“Hablar de recortes es simplemente falso. La ley de finanzas también contiene medidas para apoyar a las clases más desfavorecidas y a las familias más necesitadas: refinanciaremos la tarjeta ‘Dedicado a Ti’ con 500 millones en 2026, y la misma cantidad en 2027, los bonos sociales a los servicios públicos siguen vigentes para las personas con bajo ISEE según las resoluciones de Arera y herramientas de vivienda como el Fondo Primera Vivienda, ya refinanciado para 2026-2027. En el frente de la natalidad se confirman los apoyos ya activos, primas para los recién nacidos y primas para las madres reforzadas. En lugar de hablar con consignas, la oposición debería reconocer que esta maniobra combina rigor y solidaridad, crecimiento y justicia social, responsabilidad y apoyo a las familias y a las empresas.