Una marea naranja. Icónico, emblemático. El Inalpi Arena es colorido para Jannik pecador y los efectos especiales y los focos no tienen nada que ver. La Central cobró vida gracias a los cientos de aficionados que se reunieron en las gradas para presenciar de cerca la final del campeón italiano que debutará hoy lunes 10 de noviembre en Finales ATP contra Felix Auger-Aliassime. El número uno del ranking fue recibido con el rugido de los presentes, que sólo esperan el gran debut en Turín para cerrar la fiesta.
Sinner, marea naranja en el Inalpi Arena
Sinner, vestido de negro, hizo las delicias de los primeros aficionados que llegaron a la Centrale para disfrutar de una velada de entretenimiento con la calma habitual. Junto a él, el entrenador Simone Vagnozzi Y Darren Cahillquien lo guió en la primera parte del entrenamiento con él luchar Maxime Mrvael checo de dieciocho años que ya entrenó con Jannik en los últimos días (y con Lorenzo Musetti por la mañana). ¿La constante? Los aplausos. Los puestos se van llenando poco a poco de naranja, entre cientos de gorras, camisetas, llamativas sudaderas y carteles tradicionales. Desde “Jannik, todavía eres un sueño” hasta “No te preocupes, sin ti todavía ganaremos la Copa Davis”, Turín empezó a empujar al ídolo absoluto de la semana. El campeón más esperado. Curiosidad: en un momento la atención en las gradas fue atraída por un trío naranja. Tres niños equipados con la icónica camiseta de colores de Jannik y letras J, A, N. Para hacer aún más visible el apoyo al campeón italiano.
Sinner, el toque final antes del debut en la final
Después de media hora de sparring y elogios hacia el joven Mrva, un prospecto a seguir en los próximos meses, el número uno continuó trabajando en algunos detalles con Vagnozzi Y Cahill luego disfrute de autógrafos rituales. Gran atención, sobre todo, a la respuesta, factor que podría resultar decisivo en el partido de esta noche contra el canadiense. Auger-Aliassime ya consiguió poner en apuros a Sinner en la final de París. Bajo la Torre Eiffel, Jannik volvió a imponerse. A la sombra del Môle, las ganas son de repetir. (De Michele Antonellienviado a Turín)