Donald Trump presenta una nueva estrategia de seguridad nacional. Europa está en pánico. La revista de prensa también lo demuestra.
“Los Estados Unidos de Donald Trump están rompiendo con Europa”
“Nuevo Zürcher Zeitung”: Quienes no querían creerlo ahora lo han escrito, con el sello y la firma del presidente: los Estados Unidos de Donald Trump están rompiendo con Europa, su aliada, con el Viejo Continente del que surgió la sociedad norteamericana. La Estrategia de Seguridad Nacional publicada por la Casa Blanca ya no reconoce una comunidad de valores. En cambio, la administración Trump cuenta y sopesa a los estados y les asigna importancia en función de su capacidad para promover los intereses comerciales de Estados Unidos. Este es el lado mercantil de los Estados Unidos de Trump.
Pero también hay uno ideológico, etnonacionalista. Está dirigido principalmente por el vicepresidente James David Vance. En un discurso pronunciado en Munich el pasado mes de febrero acusó a los europeos de censura y comportamiento antidemocrático. Con esto se refería a procedimientos judiciales contra el discurso de odio en Internet o la exclusión de partidos de extrema derecha. La nueva estrategia de seguridad estadounidense va un paso más allá. A medida que los estados europeos permitieron migraciones masivas, se enfrentaron a una “extinción de la civilización”. Por lo tanto, los Estados Unidos de Trump quieren apoyar a personas de ideas afines en Europa. En pocas palabras: partidos de extrema derecha antipluralistas y democracias iliberales como Hungría. Éste no es el Occidente que conocemos.
“La administración Trump está trabajando para destruir la UE”
“Nuevo Osnabrücker Zeitung”: La administración Trump ha roto con Europa y, al igual que Vladimir Putin, está trabajando para destruir la Unión Europea. En Bruselas la gente sigue aferrándose al mantra de que Estados Unidos es el aliado más importante de Europa. Pero esto no puede ocultar la conmoción de haber sido declarado oficialmente enemigo.
La Unión Europea ahora sólo es aceptada como compradora de gas de fracking. Donde obstaculiza el negocio de Trump y sus amigos, por ejemplo en la protección de datos contra Meta and Co., se combate.
“No todas las críticas a la UE son erróneas”
“Frankfurter Allgemeine Zeitung”: El documento de estrategia muestra que la impresión a menudo errática de las declaraciones de Trump no significa que proceda al azar. Hay ideas cuidadosamente formuladas sobre cómo imaginar el orden internacional. Esto significa un peligro para el trabajo de paz y prosperidad europeas de posguerra, o para abreviar la UE. Una recaída en el pensamiento competitivo del Estado-nación lo destruiría y no estabilizaría el continente, como se afirma en el documento estadounidense. (…)
Pero no todas las críticas a la UE son erróneas sólo porque provienen de Trump. Esto no sólo se aplica al tema de la migración. Europa es potencialmente fuerte y esto también se reconoce explícitamente en la doctrina. Pero todavía queda mucho por hacer al respecto. Por eso sorprende el largo silencio del gobierno federal tras la publicación del documento.
“Documento de divorcio transatlántico”
“Stuttgart Zeitung”: Con la nueva estrategia de seguridad nacional, Estados Unidos ha presentado un documento de divorcio transatlántico. La lectura de las 33 páginas revela una relación rota entre Estados Unidos y Europa. La relación con Ucrania se ha convertido en un símbolo de ello.
A los estadounidenses ya no les preocupa defender conjuntamente la libertad y la democracia contra un agresor brutal, sino, como dicen, la “estabilidad estratégica con Rusia”. Quien atribuyó la política de apaciguamiento hacia Vladimir Putin sólo a los diplomáticos aficionados de Trump ahora se equivocará.
“Europa se encuentra en una encrucijada, pero sigue sonámbula”
“Periódico de Suabia”: Europa debe reconocer que la tan cacareada comunidad de valores con Estados Unidos se ha convertido en una fachada. La nueva estrategia de seguridad estadounidense demuestra que bajo Trump ya no es el vínculo moral lo que cuenta, sino los puros cálculos de poder.
Washington está trabajando abiertamente para dividir a Europa y debilitar sus democracias. La idea de que Europa tendrá que hacerse cargo de su propia defensa a partir de 2027 encaja en el marco de una relación transatlántica en declive. La ruptura en la política ucraniana es particularmente visible: mientras Europa ve que se defienden la libertad y la democracia, Estados Unidos sólo habla de “estabilidad estratégica” con Rusia, para horror de Macron.
Europa se encuentra en una encrucijada, pero sigue sonámbula. Lo que finalmente necesitamos es una responsabilidad compartida en materia de política de seguridad y una Europa capaz y segura de sí misma. Sólo entonces el continente no se convertirá en víctima de las crisis globales, sino en arquitecto de su propia seguridad.