El disco se sostenía firmemente en la mano, con los músculos tensos durante la carrera antes del lanzamiento. La mirada emocionada del líder fija en el tanque, mirando hacia atrás para observar al adversario inminente. Y luego el sangriento juego de Phersu, con el encapuchado defendiéndose espasmódicamente de la ferocidad de un perro que lo ataca. Por primera vez en su historia, la Tumba de los Juegos Olímpicos, una de las tumbas etruscas pintadas más bellas jamás descubiertas, abandonó su “casa”, el Museo Arqueológico Nacional de Tarquinia (VT), para debutar con toda su singularidad en la exposición Los Juegos Olímpicos. Una historia de tres mil años en el Museo de Arte de la Fundación Luigi Rovati de Milán, donde permanecerá mientras duren los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno Milán Cortina 2026 (hasta el 22 de marzo de 2026). Una exposición, realizada en coproducción con el Museo Olímpico y el Museo Cantonal de Arqueología e Historia de Lausana, “que teníamos muchas ganas desde que supimos que Milán con Cortina había ‘ganado’ los Juegos Olímpicos de invierno – afirma Giovanna Forlanelli, presidenta de la Fundación Luigi Rovati – y desde el principio soñábamos con tener aquí la Tumba de los Juegos Olímpicos”.
La Tumba, que forma parte del largo recorrido del Museo por la historia de los Juegos Olímpicos, fue descubierta en 1958 en la necrópolis de Tarquinia gracias a la Fundación Lerici del Politécnico de Milán, en vísperas de los Juegos de Roma de 1960. Data del período 530-520 aC y toma su nombre de las escenas deportivas que decoran sus paredes, creadas por un taller de pintores originales greco-orientales.
“Es sin duda uno de los testimonios iconográficos más importantes de la práctica de juegos atléticos entre las poblaciones etruscas e itálicas – añade el director del Parque Arqueológico de Cerveteri y Tarquinia, Vincenzo Bellelli – Fue descubierta con una técnica futurista de la época, con una sonda insertada bajo tierra que exploraba las cámaras subterráneas. El desafío era preservar las pinturas en su estado original”, declaradas patrimonio de la UNESCO en 2004).
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