No. Al contrario. McLaren podría haberle hecho la vida más fácil al piloto de Bristol de 26 años en su camino hacia su primer título. En el paddock, los expertos pragmáticos sacudieron la cabeza y pidieron lo que es normal en la industria de las carreras: apostar por el piloto que tiene más posibilidades de ganar el título tan pronto como ganadores como Verstappen aceleren en la persecución. Casi tenían razón. De los 104 puntos que tenía Verstappen a finales de agosto, sólo quedaban dos hasta la meta del domingo.
En Red Bull todo gira en torno a Verstappen
¿Por qué esta fantástica actuación habla a favor del fenómeno Verstappen pero no en contra de Norris? Porque en ese momento no era el inglés quien mandaba, sino su compañero Oscar Piastri. Y porque McLaren, a diferencia de Red Bull, simplemente no podía saber quién era el mejor caballo del establo. Ambos aún sin títulos, ambos vacilantes. La igualdad de oportunidades concedida a Norris y Piastri al inicio de la temporada según el equipo no eleva inmediatamente a la dirección del equipo McLaren, Andrea Stella y Zak Brown, a la autoridad moral del paddock. Es inteligente, el equipo primero necesita ver quién tiene lo necesario antes de ser ascendido a piloto principal. Pero el difícil y agotador equilibrio entre los intereses de dos pilotos que crecieron siendo egocéntricos en la carrera por el título sigue siendo tan inusual como honorable en la Fórmula 1.
Esta actitud, predicada sobre todo por Stella, que trabajó junto a Michael Schumacher en Ferrari, y llevada a cabo contra críticas a veces maliciosas, aumenta el valor del título mundial de Norris. Es cierto que Verstappen se sentía solo sin el apoyo de su compañero detrás de él. Pero en Red Bull todo gira en torno al famoso timonel. Cada deseo se lee de sus labios. Por último, pero no menos importante, el coche de carreras será… ¿qué más? – adaptado a tus preferencias. Lo importante que puede ser, incluso para los pilotos que baten récords, sentirse en el centro de atención se puede ver en el drama de la temporada: el accidente de la superestrella Lewis Hamilton en el Ferrari.
Norris, también Piastri, caminaba más solo de lo que parecía. La reacción del australiano a la derrota del domingo habla de una correspondencia entre la imagen exterior y el clima interior: por el triunfo de la justicia.