“Voy a China para ver mejor Francia y sus problemas”. declaró Jacques Chaban-Delmas en la primavera de 1973 antes de volar a Beijing. El ex Primer Ministro Pompidou vio la China de Mao como un espejo en el que era necesario buscar augurios para el futuro en lugar de simplemente ver una amenaza revolucionaria. Por supuesto que había leído el bestseller de Alain Peyrefitte. Cuando China despierte… el mundo temblará. Pero en ese momento Francia no temía nada: el Concorde realizaba sus primeros vuelos, Aérospatiale trabajaba en el cohete Ariana, Alsthom (con h) creó el TGV y el “plan Messmer”» planeó la construcción masiva de 58 reactores nucleares.