El presidente estadounidense, Donald Trump, ha autorizado a la empresa estadounidense Nvidia a vender en China su chip H200, mucho más potente que los que antes podía exportar a China. La decisión llega después de meses de negociaciones entre la administración Trump y la empresa: el gobierno americano quería impedir que China accediera a este tipo de chips, fundamentales para el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial, con el objetivo de frenar la progresión del sector en el país.
En los últimos meses, el director general de Nvidia, Jensen Huang, se ha reunido varias veces con Trump para intentar convencerle de cambiar las normas sobre las exportaciones de chips: según Huang, permitir estas ventas habría hecho a China más dependiente de los productos estadounidenses y habría permitido a las empresas estadounidenses obtener ingresos importantes e invertir en la producción de chips aún más potentes. En julio, la administración Trump ya había levantado las restricciones a la venta del chip H20, desarrollado por Nvidia específicamente para el mercado chino y menos potente que los demás, para cumplir con las regulaciones impuestas por el gobierno estadounidense.
Sin embargo, la venta de chips Blackwell, el último modelo producido por Nvidia, en China sigue prohibida. El gobierno estadounidense dijo que otras empresas como Advanced Micro Devices e Intel podrían vender algunos chips en China, pero que el 25 por ciento de los ingresos generados serían devueltos al gobierno estadounidense, un porcentaje superior al 15 por ciento previsto en un acuerdo con la administración estadounidense firmado en agosto.
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