LA OPINIÓN DEL “MUNDO” – POR QUÉ NO
Esta es una película poderosa debido al tabú que plantea (una madre que llora la pérdida de su hijo al que le han quitado la custodia), pero deja las cosas a medias. En Ámame tiernamenteSegundo largometraje de Anna Cazenave Cambet, basado en la novela homónima de Constance Debré (Flammarion, 2020), no se trata del fondo, sino de la forma, demasiado martillada, que guía al espectador por el carril bici entre el este de París, donde se ha instalado Clémence (Vicky Krieps), y la elegante Place Dauphine (1mmm distrito) donde vive su ex, Laurent (Antoine Reinartz), con su hijo Paul; el excelente Viggo Ferreira-Redier es tan convincente por su ira como por el cariño que muestra hacia Clémence.
En el género engañoso y manipulador, el padre maniobra para quitarle la custodia de su hija a su ex, con el pretexto de que lleva una mala vida. Ella se volvió lesbiana – “Pasé a las chicas” –, ha dejado su ropa de abogado para escribir novelas (en un tono crudo y autoficticio) y cambia periódicamente de apartamento por falta de ingresos estables. El caso está cerrado, el abogado de Laurent lo juzga, poniendo los ojos en blanco hacia Clémence, con una mirada derrotada. Pero al filmar continuamente a la actriz con los ojos húmedos e incluso aturdidos, el director estimula excesivamente la emoción del espectador y da la impresión de que la heroína se deja derrotar, a pesar de ser abogada de profesión. En cuanto a Antoine Reinartz, su partitura es rápida: en algunas escenas, el locuaz actor se ve obligado a pronunciar frases llenas de descaro. Lástima que sea verdad, al menos en la película.
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