Al final no fue posible esclarecer qué había sucedido realmente en el quirófano del hospital estatal. No hubo testigos directos, afirmó el juez el miércoles al pronunciar la sentencia en el tribunal de distrito de Graz-Ost y absolvió a los dos acusados. Es simplemente imposible determinar si al niño le perforaron el cráneo o no.
Esto marcó el final de un proceso que, al menos inicialmente, había atraído la atención mucho más allá de las fronteras de Austria. En la primavera de 2024, una persona anónima informó que durante una operación de cabeza en el hospital regional de Graz, a la hija de 12 años de un neurocirujano no sólo se le permitió entrar en la habitación violando las normas, sino que también se le hizo un agujero, aunque por indicación médica, en el cráneo ya expuesto.
El paciente también testificó
En enero de 2024, un guardabosques de 33 años fue hospitalizado por una emergencia que requirió atención inmediata. Sin embargo, de las declaraciones del equipo quirúrgico presente no se puede extraer ninguna representación coherente. La operación fue realizada por un joven cirujano que, como médico experimentado, respetó las instrucciones dadas a la madre del niño. Ella misma afirmó que su colega le había preguntado si su hija podía “ayudarla”, a lo que ella respondió “¿Por qué no?”. respondió. No notó ningún otro detalle.
El propio cirujano acusado subrayó que a la niña sólo se le permitía poner la mano en el taladro que él mismo blandía. Una asistente quirúrgica también dijo que vio cuatro manos en el dispositivo médico. Sin embargo, otro testigo informó que el médico jefe anunció con orgullo después de la operación que su hija acababa de “perforar un agujero por primera vez”.
El último día del juicio también testificó el propio paciente. Dijo que todavía tenía dolor en la zona del pinchazo y sufrió psicológicamente al pensar que un niño de 12 años lo había operado, por lo que no pudo trabajar en ese momento. El médico acusado dijo que lamentaba muchísimo haber llevado a su hija al quirófano. Fue el peor error de su vida. “Los últimos dos años han sido un infierno para mí y mi familia”. Fue despedida después de que se conoció el caso, pero emprendió acciones civiles en su contra.
El fiscal describió a los acusados como “lejos de ser creíbles”. Pero el abogado defensor del médico dijo que no se deben “destruir dos carreras basándose en rumores”. Al final, el juez dijo que, dadas las pruebas, un veredicto de culpabilidad estaba fuera de discusión. El fallo no es definitivo.