Su rostro se ha convertido en uno de los símbolos. de una América cruda. Luigi Mangione, de 27 años, está acusado de matar a tiros a Brian Thompson, director de UnitedHealthcare, la primera compañía de seguros de salud privada de Estados Unidos, el 4 de diciembre de 2024, en Nueva York. Ese día, poco antes de las 7 de la mañana, el hombre de 50 años se desplomó en una acera de Manhattan. Un año después, Luigi Mangione aún no ha sido juzgado y la fecha del juicio aún no se ha determinado. Pero desde principios de diciembre, los tribunales de Nueva York han estado celebrando audiencias preliminares para decidir qué elementos pueden incluirse en el expediente cuando aparezca.
Audiencia tras audiencia, las escenas se repitieron en el juzgado de Manhattan. Al amanecer, la gente se reúne para apoyar a su héroe, blandiendo carteles. “Liberen a Luis” (“Liberen a Luis”). Algunos van más allá y lucen disfraces inspirados en el mundo de los videojuegos. supermario. En estas diversiones Luigi Mangione se asocia, por su nombre, al personaje de Luigi, hermano del célebre fontanero bigotudo. Los ejecutivos de seguros privados son caricaturizados como Bowser, el villano emblemático de la franquicia.
Para estos manifestantes, el asesinato de Brian Thompson no es sólo un caso criminal: cristaliza, de manera brutal, el resentimiento hacia un sistema de salud estadounidense percibido como profundamente injusto. “La población siente con mucha fuerza la violencia del seguro médico”explica Marion Lagan, investigadora de la civilización americana en la Universidad del Sur de Bretaña. “Para muchos, el gesto del que se acusa a Luigi Mangione se convierte en un símbolo”.
En Estados Unidos, el acceso a la atención depende en gran medida de seguros privados y no de un sistema de seguro médico público. El tratamiento es caro y no todos los estadounidenses pueden permitírselo. Los datos de la Encuesta Nacional de Salud revelan que en 2024, el 8,2% de la población, o más de 27 millones de personas, no tenían cobertura sanitaria, una tasa que superaba el 11% entre las personas de 18 a 64 años. Los costos de la atención médica son una carga para las finanzas de muchas familias. Según un estudio del grupo de expertos KFF publicado en enero, el 41% de los adultos dicen tener deudas relacionadas con la atención médica o dental.
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Esta precariedad corre el riesgo de empeorar aún más. La “Ley de Atención Médica Asequible”, más conocida como “Obamacare”, adoptada en 2010 durante el primer mandato de Barack Obama, permitió ampliar la cobertura sanitaria a millones de estadounidenses con ingresos modestos. Pero varios proyectos que hoy impulsa la administración Trump apuntan a reducir su alcance, a riesgo de privar a más personas de seguro médico. Suficiente para reforzar la impresión de un sistema brutal en el que el acceso a la atención médica depende de la capacidad de pago de los estadounidenses o de la generosidad de su aseguradora.
En este contexto, las prácticas de UnitedHealth adquieren una dimensión particular. El grupo es uno de los actores dominantes en el mercado de seguros médicos, del que dependen decenas de millones de estadounidenses para su atención. Oro “Esta es una empresa que lamentablemente se especializa en rechazar reembolsos”observa Marion Lagan. Un análisis publicado por KFF muestra que en 2023, UnitedHealth Group rechazó el 33% de las solicitudes de tratamiento. A pesar de las críticas, el grupo registra excelentes resultados económicos. El mismo año, UnitedHealth obtuvo más de 22 mil millones de dólares en ganancias, según la revista de negocios. Forbes. Brian Thompson dirige la empresa desde 2021.
Si este asesinato tuvo tanta repercusión es en parte por su objetivo. En el momento de su detención, Luigi Mangione llevaba consigo un mensaje expresando su enfado. “Pude leer este cartel (…) Es un texto escrito a mano. Sugiere estar frustrado con el sistema sanitario estadounidense”Joseph Kenny, jefe de detectives de la policía de Nueva York, explicó a ABC unos días después del arresto. A los ojos de algunos estadounidenses, la existencia de este documento reforzó la idea de que este gesto formaba parte de la denuncia de un sistema. La muerte del jefe de UnitedHealth fue una revelación. “El asesinato de Brian Thompson es una violencia visible e impactante. Pero para muchos estadounidenses, responde a otra violencia institucional que se ha ido acumulando durante años”.resume la investigadora Marion Lagan.
Esta ira generalizada se refleja también en las formas de apoyo que rodean a Luigi Mangione desde hace un año. Algunos de sus seguidores crean imágenes distorsionadas, difunden mensajes de solidaridad en línea y lo presentan como un Robin Hood moderno. Este fenómeno es parte de una larga tradición cultural estadounidense en la que algunos forajidos se han transformado en símbolos de resistencia al poder económico o político. Jesse James, un ladrón de bancos y trenes del siglo XIX que se convirtió en una figura del folclore nacional, es uno de los ejemplos más conocidos. “Luigi Mangione es, a su manera, parte de esta tradición”observa Marion Lagan.
Para otros observadores, este fervor revela, por el contrario, una deriva moral preocupante. En un artículo publicado el 23 de diciembre de 2024 en periódico de la ciudad, revista dedicada a las políticas públicas y publicada por el grupo de expertos conservador Manhattan Institute for Policy Research, la comentarista Heather Mac Donald está convencida “La celebración pública del gesto de Mangione representa un nivel moral deplorable”. Según ella, si bien muchos artículos destacan las desigualdades del sistema sanitario estadounidense, estos análisis “se desliza sutilmente hacia la justificación (de asesinato)“.
Pero sin las redes sociales esta “multimanía” no habría alcanzado esta escala. En X, la cuenta del joven, que ya no está activa, ha pasado de unas pocas docenas de suscriptores a una enorme comunidad de casi 500.000 personas. En TikTok, miles de videos muestran su viaje, analizando cada foto que tiene el público y apartando la mirada de su rostro. Las camisetas de “Liberen a Luigi” se venden online por unos veinte dólares, mientras que A Pot ya ha recaudado casi 1,4 millones de dólares, es decir, unos 1,3 millones de euros, por sus costas judiciales.
“Luigi Mangione se encuentra en la confluencia perfecta entre cultura digital y rabia socialanaliza Marion Lagan. Es joven, respeta los estándares de belleza y no se identifica con ningún partido político. Tanto la gente de derecha como de izquierda pueden apropiárselo entre las clases trabajadoras”. La propia puesta en escena del crimen reforzó esta dimensión visual: casquillos de bala grabados con lemas que denunciaban las prácticas de las aseguradoras, una mochila llena de billetes falsos que recordaban las imágenes del juego Monopoly, un arresto en un McDonald’s, un lugar emblemático de la cultura estadounidense. “Todo en esta cosa es visualresume Marion Lagan. Esto es Estados Unidos en imágenes, listo para convertirse en cientos de memes”estas imágenes, vídeos o textos humorísticos se vuelven virales en Internet.
El caso Mangione está ahora fuera del alcance del debate estadounidense. En Europa, particularmente en Francia y el Reino Unido, su resonancia no se debe a su proximidad al modelo estadounidense, sino a preocupaciones más generales sobre el acceso a la atención médica. Para Frédéric Pierru, sociólogo sanitario del CNRS, estas preocupaciones son reales, pero se inscriben en escenarios muy diferentes a los de Estados Unidos.
En el Reino Unido, recordemos, el Servicio Nacional de Salud (NHS) sigue siendo un elemento central de la identidad colectiva. “Existe un fuerte vínculo británico con el Servicio Nacional de Salud”incluso si este sistema público es “infrafinanciado” y frente a formas de racionamiento ligadas a la falta de recursos. Este racionamiento se materializa en largos tiempos de espera o limitaciones en la prestación de cuidados, pero no se basa en prácticas comerciales, explica el investigador. En Francia, la Seguridad Social ocupa un lugar comparable en el imaginario colectivo y garantiza el acceso a la asistencia sanitaria. “relativamente confiado”juzga el sociólogo, a pesar de las tensiones crecientes: escasez de medicamentos, tiempos de espera, presión sobre los hospitales públicos…
Sin embargo, Frédéric Pierru rechaza la idea.“una deriva americana”. La universalidad del derecho a la salud permanece “bien arraigado, anclado en la mente de las personas” en Francia y el Reino Unido. Existen formas de racionamiento, precisa, pero operan, por ejemplo, en la clasificación de emergencias y no en una lógica de selección de beneficios o riesgos como los seguros privados estadounidenses. “Es menos visible que en Estados Unidos y sobre todo mucho menos brutal”insiste.
Si el caso Mangione tiene repercusiones en Europa, no es tanto por identificación sino porque surge en un clima de tensión en los sistemas sanitarios: tensiones presupuestarias, costes de nuevas terapias, preocupaciones sobre la capacidad de los servicios públicos para absorber las necesidades… “Sin duda habrá fuertes presiones sobre los sistemas sanitarios”advierte Frédéric Pierru, para quien estas cuestiones serán cada vez más centrales en el debate político europeo.
Ante esta ola de consenso, también se está examinando detenidamente la respuesta de las autoridades americanas. El asunto se está tramitando ahora en dos niveles judiciales distintos, lo que contribuye a reforzar su importancia política. En el estado de Nueva York, Luigi Mangione se enfrenta a cadena perpetua si es declarado culpable. Al mismo tiempo, se inició un procedimiento federal por los mismos hechos: en ese contexto, el gobierno federal solicitó oficialmente la pena de muerte. Para Marion Lagan, “Si Luigi Mangione es condenado a muerte, se convertirá en mártir, independientemente de lo que haya hecho”.