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Aunque mañana se sabrá si se podrán reanudar las controvertidas obras de la A69 entre Toulouse y Castres, esta explosiva revelación complica aún más las cosas: las obras se desbordarían sobre terrenos no incluidos en el proyecto y más de 40 hectáreas se verían afectadas.
Este texto corresponde a parte de la transcripción del informe anterior. Haz clic en el vídeo para verlo completo.
Las obras de la A69 avanzan a buen ritmo estos días. Desde primera hora de la mañana hasta la tarde, estas máquinas roen metro tras metro para completar los movimientos de tierra a finales de mes. ¿Pero a veces van demasiado lejos? ¿El sitio de construcción invade terreno no declarado? Los opositores están convencidos de ello y han identificado 19 zonas como ésta, fuera de la zona autorizada.
“Se puede ver el camión conduciendo hacia allí. Está fuera del derecho de paso allí. Todo el campo detrás de él está fuera del derecho de paso. Y por todos lados, 360 grados, se están desbordando”.indica Geoffrey Tarroux, miembro del colectivo La Voix est libre.
Pudimos verificar esto utilizando imágenes de satélite. En rojo, aquí está el área de obra inicialmente autorizada. Pero una vez iniciadas las obras vemos que se extiende ampliamente hacia los terrenos vecinos, en amarillo. Esto corresponde en particular a este campo utilizado para almacenar tierra de obra. Su propietario celebró un acuerdo con el concesionario, pero las obras no estuvieron sujetas a la obligatoria autorización estatal.
“Aquí mismo, a nuestro alrededor, hay 5 hectáreas artificiales que no deberían haber sido, con una destrucción ecológica dramática. Lo que hay en el camino es colosal”subraya Geoffrey Tarroux. “Todavía estamos en Francia, hay reglas, hay leyes. (…) Es muy impactante”añade Marie-Odile Marché, también miembro del colectivo.
Al otro lado de la carretera, cerca de Castres, este granjero no está enojado. En el lugar del campo donde había plantado su trigo, hoy propiedad del concesionario, descubrió este inmenso hoyo de una hectárea lleno de agua.“Nunca pudimos saber que podía existir. Aquí, en la investigación pública, había una pradera natural, una pradera seca que ya existía y que había que proteger para compensar los daños causados por la autopista”testifica Bruno Cabrot, agricultor.
En la imagen de satélite, la zona de trabajo validada por el estado en rojo no incluía este agujero, aquí en amarillo, ni el terreno circundante. Había que proteger toda la zona, dejarla en su estado natural, tal y como indica el expediente de autorización ambiental que pudimos consultar.
Al ser contactado, el comerciante se justificó: “La ejecución del proyecto puede requerir adaptaciones ocasionales durante la fase de construcción y puede dar lugar, si es necesario, a medidas compensatorias adicionales”.
El grupo opositor, por su parte, cifra el total de estos desbordamientos en 42 hectáreas, el equivalente al 10% de la superficie total del sitio. Presentaron una denuncia y pidieron la suspensión de las obras.