“Si Ucrania tiene que retirar sus fuerzas, los rusos también deberían retirarse a la misma distancia. Zelensky hizo estas declaraciones a los periodistas convocados apresuradamente a Kiev para aclarar las cuestiones que bloquean el acuerdo con Estados Unidos. La primera es la de los territorios. La propuesta de Estados Unidos incluye una retirada ucraniana de lo que queda de Donbass, pero no una retirada rusa. Washington sugiere una “zona económica libre” para estimular la actividad y la reconstrucción; a Moscú le gustaría más bien una “zona desmilitarizada” para distanciar a Ucrania del frente y mantener su control sobre todo el territorio. Para Zelensky, se trata de un claro desequilibrio. En Estados Unidos, dice, parece estar ganando terreno, alimentada por la propaganda del Kremlin, de que Rusia tiene la ventaja y puede imponer términos. Zelensky reconoce que Estados Unidos está “tratando de adoptar una posición equilibrada”, pero explica que “aún es difícil decir cómo serán los documentos finales”. El problema es que “los estadounidenses parecen creer en la narrativa rusa”.
DUDAS
Putin, por su parte, repite a los generales y deja filtrar que Rusia “posee plenamente la iniciativa estratégica” y está avanzando. Versión desmentida por el ISW, un think tank de Washington que sigue diariamente el conflicto: la conquista de todo el Donbass, incluido el “cinturón fortificado” erigido por los ucranianos desde 2014, es falsa. Si los rusos la conquistaran, por las armas o mediante negociaciones, las brigadas de Moscú podrían extenderse hasta el río Dniéper y el centro de Ucrania. Pero esta representación, según el ISW, es parte de la guerra cognitiva de Rusia. Zelensky precisa, sin embargo, que cualquier decisión sobre los territorios “debe pasar por elecciones o un referéndum: debe haber una posición del pueblo”. Una tregua no es suficiente. La situación se complica con la central eléctrica de Zaporizhzhia, una de las diez más grandes del mundo. Kiev quiere recuperar el control, Moscú lo quiere para sí, Washington propone una gestión conjunta con la OIEA. Zelensky evoca los acuerdos incumplidos de Budapest 1994 y Minsk 2014: “Los rusos han demostrado que los traicionaron a todos”. Por eso las garantías de seguridad deben ser sólidas y verificables. “Precisamente sobre este punto recibimos una propuesta de los estadounidenses”, anunció. “Trabajaremos juntos, sumaremos nuestras ideas y reformaremos este proyecto. Teniendo en cuenta los precedentes, debe ser jurídicamente vinculante”. Lavrov también dijo que había enviado “propuestas adicionales sobre seguridad colectiva” a Washington, reiterando que Ucrania debe ser “no alineada, neutral y no nuclear”.
LA ADVERTENCIA
Rusia responderá a “cualquier acción hostil”, incluido un posible contingente estadounidense u occidental en el país. Para Alexei Chepa, b. Según el artículo 2 del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma, cualquier soldado occidental en Ucrania “será un objetivo legítimo”. En este clima, Mark Rutte, secretario general de la OTAN, destaca que Rusia ha lanzado “desde principios de año más de 46.000 drones y misiles contra Ucrania, y nosotros somos el próximo objetivo, ya estamos en peligro. China es el verdadero salvavidas de Moscú: suministra la mayoría de los componentes electrónicos críticos para las armas rusas. El tercer nodo es el nodo electoral. Zelensky abrió la posibilidad de votar en los próximos dos o tres meses, aunque la Constitución prohíbe el uso de las urnas bajo la ley marcial, Moscú explota la paradoja: la portavoz Zakharova lo acusa de “cinismo”, y Viktor Medvedchuk, a quien Putin quería reemplazar a Zelensky en 2022, pide su destitución inmediata y Zelensky responde: “No permitiré especulaciones contra Ucrania. Si nuestros socios hablan tanto de elecciones bajo la ley marcial, entonces debemos dar respuestas ucranianas legítimas a todas las preguntas. Estados Unidos ofrece una tregua a los ataques a infraestructuras energéticas para evitar un invierno de apagones, pero Rusia dice que no. Así, las tres cuestiones (retirada de Donbass, garantías de seguridad, elecciones) siguen vinculadas y sin resolver, mientras que una pregunta se cierne sobre Kiev: ¿qué pasará si en Washington se afianza la idea de que Rusia está realmente progresando y Ucrania ya no es una prioridad estratégica?
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