diciembre 12, 2025
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó, en medio de afirmaciones falsas del gobierno estadounidense, que las vacunas no causan autismo. No existe “ninguna conexión causal entre las vacunas y el autismo”, dijo a los periodistas en Ginebra el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Así lo demuestra un “nuevo análisis del Comité Asesor Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de la OMS”. El comité revisó 31 estudios de diferentes países publicados entre 2010 y 2025.

Según Tedros, los estudios relacionados con Vacunas para niños y mujeres embarazadas, que también puede contener timerosal y aluminio, conservantes que contienen mercurio. Un nuevo análisis de estos estudios confirmó que las vacunas que contienen estas sustancias no causan autismo, subrayó el director de la OMS. “Como todos los medicamentos, las vacunas pueden tener efectos secundarios que son controlados por la OMS”, continuó. El autismo no es uno de estos efectos secundarios.

El último análisis es la cuarta revisión de los datos disponibles. Estudios similares se habían realizado anteriormente en 2002, 2004 y 2012, y todos llevaron al mismo resultado, dijo la OMS. “Las vacunas se encuentran entre los inventos más poderosos y transformadores de la historia de la humanidad”, afirmó Ghebreyesu.

Crece el escepticismo sobre las vacunas en EE.UU.

La autoridad sanitaria estadounidense CDC afirma lo contrario en su sitio web. Por tanto, no se puede descartar que exista una relación entre el autismo y las vacunas. Se había revisado la información anterior de la autoridad, que era consistente con la evidencia científica.

El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., es un declarado opositor a la vacunación. Había relacionado las vacunas, entre otras cosas, con el autismo en los niños.

El escepticismo sobre las vacunas ha aumentado recientemente en Estados Unidos. Los expertos advierten sobre el regreso de enfermedades potencialmente mortales que se creían erradicadas en gran medida gracias a las vacunas infantiles. Este año Estados Unidos experimentó su peor epidemia de sarampión en 30 años, con más de 1.400 casos.

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