Los médicos “simbólicos” siguen siendo el síntoma más llamativo de un déficit general en la organización hospitalaria y la toma de decisiones del Servicio Nacional de Salud (NHS). La ley permite a los profesionales de la salud, incluso aquellos con títulos extranjeros, ejercer en Italia sin el riguroso proceso ordinario de verificación, calificación e inscripción en las Órdenes. En la práctica, se crea un sistema paralelo sin las garantías esenciales para la seguridad de la asistencia.
Médicos que funcionan con monedas introducidos durante la pandemia
El atajo a esta peligrosa realidad está representado por el artículo 13 del decreto “Cura Italia”, diseñado para afrontar la fase más aguda de la pandemia, luego ampliado por el artículo 15 del Decreto Legislativo 34/2023 y finalmente prorrogado hasta 2027 por la Ley 187/2024. Una estructura regulatoria que, aunque creada para responder a una emergencia, continúa funcionando como si la emergencia nunca hubiera terminado.
Otra cuestión crítica se refiere a la total falta de transparencia en las cifras. No hay datos públicos y actualizados que indiquen cuántos médicos, enfermeras y operadores están actualmente en servicio gracias a la exención, con qué títulos, en qué departamentos y con qué controles se realizan.
Datos de realidad insuficientes
Aunque el análisis del fenómeno ya había sido señalado en el pasado, en el aspecto económico, por la Anac, la Autoridad Nacional Anticorrupción, en su informe al Parlamento, hoy parece incompleto. Con referencia específica al año 2024, el análisis de los datos sobre los médicos remunerados puso de relieve que el valor de los contratos y acuerdos de calidad, en comparación con 2023, había aumentado un 20%, de 35,2 a 42,3 millones de euros. El crecimiento de los “coin nurses” es aún más marcado (+49%), ya que el valor de los contratos y acuerdos de calidad aumentó de 3,9 a 5,8 millones de euros.
Los mejores contratistas para contratar “médicos y enfermeras remunerados” se eligieron generalmente mediante un procedimiento negociado sin publicación previa del anuncio de licitación, lo que confirma lo que ya se había observado durante el cuatrienio 2019-2022.