¿Y cómo se comportan los delincuentes últimamente?
Los delincuentes aprenden relativamente rápido: ahora se utilizan explosivos sólidos. Los paquetes están hechos con fuegos artificiales. Los delincuentes desmontan los fuegos artificiales comunes, como los petardos Cobra, en sus partes individuales y los vuelven a conectar con un cable de encendido. La cantidad de explosivos se calcula con precisión: siempre existe el riesgo de que no sólo el cajero automático explote, sino que también el dinero quede inutilizable.
¿Qué tan rápido pasa la explosión de un cajero automático de la planificación a la acción real?
No sabemos exactamente qué llevó a un atacante a hacer estallar un cajero automático en algún lugar ese mismo día. Supongo que una vez que los delincuentes decidan hacerlo, cometerán el delito en unas pocas horas o días. Para ello, viajan luego a la República Federal.
¿Y qué pasa después del crimen?
En el pasado, los autores del crimen con relativa frecuencia huían inmediatamente a través de la frontera después de la explosión, hoy las cosas son un poco diferentes. Cuando un auto que se escapa acelera por la autopista a las 3 a. m., muchas cosas pueden salir mal. Por eso, muchos perpetradores buscan primero un lugar tranquilo cerca de la escena del crimen y luego emprenden el viaje a casa lo más discretamente posible en las horas pico de la mañana, a la hora del almuerzo o incluso al día siguiente.
Si logras arrestar a un sospechoso después de hacer estallar un cajero automático, ¿se lo dirá a sus colegas?
La mayoría de los sospechosos aceptan el castigo y no dicen mucho. Hasta ahora, por estos delitos, los infractores han sido condenados normalmente a penas de prisión de dos a cinco años y, en casos individuales, de siete a ocho años o más. Mi valoración personal: no les importan esos castigos.
¿Qué pasa si alguien habla?
Hay casos aislados en los que se hacen declaraciones, pero la mayoría de los éxitos de la investigación y la prueba se encuentran en el ámbito de las huellas, como huellas de vidrio, huellas de zapatos, huellas dactilares y huellas de ADN. Los clásicos que al final llevan a la convicción.