La región de Afar, en el norte de Etiopía, representa uno de los lugares más fascinantes y geológicamente dinámicos de la Tierra. Aquí convergen tres grandes sistemas de rift: el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Rift de África Oriental, formando un nodo tectónico único llamado Triple Unión de Afar, donde la corteza continental se adelgaza hasta romperse, desencadenando procesos que, en escalas de tiempo de millones de años, podría conducir al nacimiento de un nuevo océano.
Redescubrir el pasado para comprender el futuro de la Tierra
Un estudio publicado recientemente en el Journal of African Earth Sciences, titulado “Una revisión de los datos del Estudio Magnético Afar de 1968 y su integración con datos antiguos del Mar Rojo y el Golfo de Adén”, aprovechó un vasto archivo de datos aeromagnéticos recopilados entre 1968 y 1969, nunca explotados plenamente hasta hoy.
Estos datos fueron digitalizados y analizados con técnicas modernas, integrándolos con las series magnéticas históricas del Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Este enfoque nos permitió reconstruir en detalle la estructura cortical profunda del área y perfeccionar nuestro conocimiento sobre la evolución del rifting africano, confirmando y ampliando los modelos interpretativos propuestos en el pasado.
¿Qué revelan las anomalías magnéticas?
El análisis de las anomalías magnéticas (variaciones locales del campo magnético de la Tierra registradas en las rocas) es de valor crucial para comprender las fases de rifting y separación continental. En el sector sur de Afar, emerge claramente una firma magnética orientada WSW-ENE, consistente con la extensión del Golfo de Adén, mientras que en las partes norte las anomalías se alinean a lo largo de la dirección NO-SE del Mar Rojo. Sin embargo, en ambas áreas falta una firma magnética clara del principal Rift Etíope (Mer), la rama más joven y meridional del Sistema de Rift Oriental. Forbes
Esta disposición dual sugiere que la ruptura continental se produjo primero a lo largo de estructuras profundas conectadas con el Mar Rojo y el Golfo de Adén, mientras que la activación de Mer se produjo más tarde, probablemente influenciada por los movimientos del manto terrestre.
Un laboratorio natural para estudiar procesos tectónicos
La región de Afar es importante no sólo por sus anomalías magnéticas, sino también porque proporciona un raro ejemplo terrestre de cómo la corteza continental se adelgaza y se rompe bajo el efecto combinado de empujes tectónicos y actividad magmática. Aquí se puede observar a escala geológica la transición de la corteza continental a la oceánica, un fenómeno que ocurrió en muchas otras partes de la Tierra hace millones de años y que sólo puede estudiarse indirectamente.
Según los investigadores, estos procesos todavía están activos: el surgimiento de un superpluma del manto bajo el este de África puede haber alimentado la división y continúa influyendo en su evolución.
¿Hacia la formación de un nuevo océano?
La evidencia geofísica sugiere que, en escalas de tiempo geológicas muy largas (del orden de millones de años), la región de Afar podría evolucionar hasta convertirse en una cuenca oceánica plenamente desarrollada. separar África de la Península Arábiga y dar origen efectivamente a un nuevo océano. No se trata simplemente de una lenta descomposición de la corteza terrestre, sino de un proceso complejo orquestado por factores tectónicos profundos, actividad magmática y características geológicas que se expanden y transforman con el tiempo.
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