Se trata de una decisión que inevitablemente penalizará al sector y su facturación. “Pero es la única solución que he encontrado para proteger a mi equipo”, afirma Loïc Ehret, director de un supermercado Colruyt situado en Audincourt, en el País de Montbéliard (Doubs). Desde el 25 de noviembre, en algunos estantes vacíos hay una hoja de papel que dice: “A raíz de los recientes incidentes, se ha suspendido la venta de bebidas espirituosas fuertes y cerveza individual”.
“Empeora con el tiempo”
El incidente que prendió fuego a la pólvora se remonta al 25 de noviembre. Ese día, un cliente muy ebrio entró a la tienda y amenazó a un cajero. “El día anterior, asaltaron el coche de un empleado. Los ladrones le robaron sus cosas, dice el gerente. Es una tienda pequeña, tenemos unos quince empleados. Pero tengo gente que tiene miedo de ir a trabajar por la noche. Hay problemas dentro, pero también fuera de la tienda, con amenazas, insultos… Llevo aquí 15 años y tengo la sensación de que con el tiempo la situación empeora”.
El jefe contrató a un guardia de seguridad, instaló cámaras de videovigilancia y rejas, pero estos elementos no fueron suficientes para disuadir a los delincuentes. Sorprendido, decidió retirar de los estantes las latas de cerveza y alcohol fuerte. “Nosotros evitamos estos productos durante las vacaciones y la Nochevieja. No he calculado el coste exacto, pero son miles de euros”, concluye Loïc Ehret.