Se ha consolidado como el talento más precoz del rap francés. RK, iniciales de Ryad Kartoum, empezó a rapear a los 13 años, firmó su primer contrato a los 16 y lanzó tres álbumes antes de cumplir los veinte. Tres álbumes con certificación platino, con más de 320.000 copias vendidas y millones de reproducciones en YouTube que conmocionaron a las redes sociales y las hicieron entrar en pánico. Todavía frecuenta Seine-et-Marne, donde creció.
En el barrio obrero de Beauval, en Meaux, como en las entrevistas y documentales que le han dedicado estos últimos años, se le retrata como un gran adolescente suburbano que supo permanecer humilde después de un éxito loco. Un buen tipo, a pesar de una infancia difícil, un padre que estuvo encarcelado y un estilo de vida perjudicial debido a su repentina notoriedad. El joven rapero fue condenado definitivamente a seis meses de prisión por golpear a su pareja en la cara, en 2021. Y hoy se encuentra en el centro de varios procesos judiciales, ahora judiciales, que lo enfrentan a su ex productor.
Lotfi Ben Salah se dio cuenta del pequeño prodigio gracias a su primer título y fundó el sello 3.5.7 Music con tres socios para producirlo. En 2018, el rapero todavía está a mitad de camino