Diez meses después de revelar su identidad durante una entrevista del 6 de febrero con el canal Al-Jazeera, el fotógrafo “César” se ha convertido en una figura mundialmente reconocida y admirada. Farid Al-Mazhan, su verdadero nombre, desertor de la policía militar siria, héroe de la resistencia al régimen de Bashar Al-Assad, recibió el miércoles 10 de diciembre el premio franco-alemán de Derechos Humanos de manos del Ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, y de Gunther Krichbaum, Ministro Delegado para Asuntos Europeos.
Hace apenas un año, el mundo aplaudió la caída del “carnicero de Damasco”, que se refugió en Rusia. Hace once años, poniendo en riesgo su vida, fotografió las torturas practicadas a escala industrial en las prisiones del presidente sirio, “César”, ex asesor principal, participó en la denuncia de los crímenes masivos cometidos por Bashar Al-Assad. Desde el inicio del levantamiento sirio en marzo de 2011 hasta su deserción y fuga en agosto de 2013, Farid Al-Mazhan recopiló cerca de 55.000 fotografías que mostraban a miles de prisioneros que murieron a causa de las balas, la tortura, el hambre o las enfermedades en los centros de detención de la inteligencia siria, identificados sólo por números y con rastros de tortura y mutilación.
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