Tras la última bofetada de Donald Trump a Europa, los ministros de Defensa de los principales países del Viejo Continente están intentando coordinarse para encontrar posiciones comunes sobre el apoyo a Ucrania y sobre la defensa en general. La reunión prevista está prevista para el miércoles: estarán conectados Guido Crosetto y sus colegas Catherine Vautrin (Francia), John Healey (Reino Unido) y Boris Pistorius (Alemania), así como el Comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilus, y la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Kaja Kallas.
La retirada estadounidense de Europa, expresada en blanco y negro por el presidente Trump en el documento sobre seguridad estratégica nacional, debe empujar a los 27 y también al Reino Unido -ésta es la visión de Crosetto- a dejar de lado intereses particulares para construir convergencias tanto a nivel industrial como militar.
Los países europeos individuales son demasiado pequeños para competir en un mundo dominado por el duelo entre Estados Unidos y China y un vecino problemático y agresivo como Rusia. Así, durante el debate previsto para el miércoles, el objetivo será encontrar puntos de acuerdo sobre los temas más candentes, que están vinculados entre sí.
El desmantelamiento gradual del “escudo” defensivo que históricamente Estados Unidos ha proporcionado a Europa debe corresponder al crecimiento de la inversión en el sector. Hay programas nacionales de armamento que deben armonizarse lo más posible para evitar superposiciones y redundancias.
Por ejemplo, Italia colabora con Francia en el sistema de misiles Samp-T. Con el Reino Unido por el caza de sexta generación. gcap. Con Alemania por tanques. leopardo 2. Por lo tanto, ya existen sinergias y empresas conjuntas entre los sistemas industriales de los cuatro países que podrían reforzarse aún más para hacer frente de manera más eficaz a las nuevas amenazas.