La carta fue dirigida el 28 de noviembre directamente a Daniel Roullier, fundador y figura histórica del grupo del mismo nombre. Un “grito del corazón”, revelado por el comité económico y social de la empresa a “Parisien” – “Hoy en Francia” y que, por el momento, no ha recibido respuesta. Ante la muerte anunciada de su fábrica (propiedad del grupo Roullier a través de su filial Paticeo), los empleados de la Maison Colibri interrogan en un largo texto a este “capitán de la industria” que figura entre las mayores fortunas francesas.
“Te invitamos a venir tú mismo”
Conocida por sus magdalenas y por una historia que comenzó en 1896 en Pons (Charente-Maritime), la Maison Colibri deberá cerrar sus puertas “a finales de 2026”. Paticeo está negociando actualmente un plan de protección del empleo (PSE) para 68 empleados; la fábrica también cuenta con decenas de trabajadores temporales. Para evitar un destino desastroso, sus empleados recurren a Daniel Roullier. “Nos sentimos profundamente consternados al enterarnos, de la noche a la mañana, del cierre de la obra, sin consulta, sin previo aviso, sin medios de diálogo (…). Un centenar de familias, mujeres y hombres comprometidos, quedarían así en el olvido, como si su compromiso, sus sacrificios, la supresión de la hora decimotercera durante dos años, la flexibilidad excepcional, el trabajo los fines de semana y festivos, sus esfuerzos y su orgullo, no hubieran contado”, escriben en esta carta, refiriéndose a una “herida” profunda.
Ante las dificultades encontradas por la fábrica de Pontoise, “luchamos incansablemente para intentar volver a encarrilar las cosas”, continúa, pero “ningún directivo intentó explicarnos, prevenir, dialogar, coconstruir o simplemente escucharnos”. Los empleados que se expresan en esta carta a través de su comité económico y social (CSE) denuncian “una falta de consideración”. Invitan a Daniel Roullier a venir personalmente a Pons: “Os invitamos con humildad pero con fuerza a venir vosotros mismos”.
Por el momento, sin noticias del fundador del grupo Roullier, los empleados de la Maison Colibri decidieron el martes 9 de diciembre hacer un “gesto fuerte”: “Por primera vez en décadas, saldremos simbólicamente frente a la fábrica, nuestra herramienta de trabajo desde hace 130 años”.
Todo el mundo teme un traslado de la planta industrial a otras instalaciones gestionadas por Paticeo como la de Derval (Loira Atlántico), donde esta filial anunció recientemente una inversión de 20 millones de euros. En Pons, los empleados de la Maison Colibri todavía esperan una descarga eléctrica y un gesto de Daniel Roullier. “Cambiemos juntos el destino de nuestra fábrica”, concluyen. Contactada a través de su agencia de comunicación, la sucursal de Paticeo aún no ha respondido a las peticiones de “Parisien” – “Hoy en Francia”.