Un estudio estadounidense de 2002 concluyó que los tratamientos hormonales para los síntomas de la menopausia aumentan el riesgo de cáncer de mama, pero estas conclusiones han sido criticadas durante mucho tiempo.
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Las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron el lunes 10 de noviembre que pedirán a los fabricantes de tratamientos hormonales contra los síntomas de la menopausia que eliminen de sus envases un mensaje de advertencia que advertía de los riesgos potenciales asociados a estos medicamentos y que las autoridades consideran exagerado.
Los tratamientos hormonales en cuestión ayudan a aliviar los síntomas de la menopausia, que provocan una caída de los niveles de estrógeno y pueden manifestarse como sofocos, alteraciones del sueño, sequedad vaginal, etc. Estos medicamentos se utilizaban habitualmente en Estados Unidos hasta los años 2000, pero en 2002 un estudio americano provocó un caos y concluyó que estos tratamientos conllevan un mayor riesgo de cáncer de mama y de accidente cerebrovascular.
Desde entonces, ha aparecido una alerta sobre estos medicamentos y las prescripciones han disminuido significativamente. Pero el tema siguió dividiendo a la comunidad médica. Los críticos han señalado particularmente fallas en el estudio de 2002, que se centró en mujeres de edad promedio de 60 años, una edad en la que los riesgos cardiovasculares son naturalmente más altos. Hoy en día existen nuevas formas de estos tratamientos en dosis reducidas.
Los funcionarios de la FDA dijeron en un comunicado que sus nuevas recomendaciones permitirían discusiones más matizadas entre pacientes y médicos. El presidente del Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras, Steven Fleischman, afirmó en un comunicado que esta decisión “mejorar la vida de las mujeres perimenopáusicas” (la fase de transición antes de la menopausia) mediante la realización de tratamientos “más accesible” y levantando el “obstáculos inútiles”. Sin embargo, el especialista lo subraya. “Como todos los medicamentos, los productos con estrógeno sistémico no están exentos de riesgos y su uso debe discutirse individualmente entre los pacientes y sus médicos”.