Había desaparecido del radar. Hoy, muchas voces se alzan para expresar su solidaridad con Davide Albini Bevilacqua, el videorreportero desfigurado durante los enfrentamientos en Udine el 14 de octubre. Las llamadas telefónicas y los abrazos, el apretón de manos de las instituciones. Ayer, Il Giornale contó su historia: los accidentes provocados por los profesionales de Pal durante la preparación del partido Italia-Israel, el intenso lanzamiento de piedras, el golpe final en la cara. Devastador. “Me operaron dos veces, corrí el riesgo de perder un ojo, ahora tengo tres placas de titanio en la cara”, son las impactantes palabras de Albini Bevilacqua. Si a un manifestante le hubieran disparado, su nombre probablemente hoy sería familiar para todos los italianos. En cambio, el caso del periodista quedó inmediatamente registrado. En general indiferencia.
El primero en llamarlo fue Luca Ciriani, ministro de Relaciones con el Parlamento, muy cercano a Udine y Friuli: “Hablé con Davide por teléfono y le expresé mi cercanía personal, la del gobierno y la de todo el pueblo friulano que vivió esta noche como una pesadilla”. Pero Ciriani va más allá, también porque estuvo allí en Udine: “Esa tarde estuve también en Udine, en el estadio, no sólo para apoyar a Italia, sino sobre todo para demostrar que el Estado estaba allí y que está ahí y que, como Davide, no nos dejaremos intimidar por un grupo de gente violenta”.
Ahora, conociendo mejor la situación del joven, aquí está la promesa: “Le dije a Davide que estoy a su lado y espero poder reunirme con él en persona pronto, porque el precio que está pagando es realmente demasiado alto”.
Galeazzo Bignami, jefe del grupo FdI en la Cámara, también se puso en contacto con el periodista por la mañana: “Hablamos con él, le expresé toda mi simpatía y mi estima por el trabajo que realizó con abnegación y valentía”.
El 14 de octubre, a las 20.41, cuando la piedra lo aturdió, Davide se encontraba inmediatamente detrás de la policía, en la zona donde estallaron los enfrentamientos. Una vez terminada la procesión, los alborotadores -entre 100 y 200- toman posiciones entre los árboles y el césped de un parque y comienzan a lanzar ataques. “Nos tiraron todo”, explicó Davide en su conversación con Il Giornale.
Una piedra golpea a Albini Bevilacqua en el lado izquierdo de la cara y ahora intenta volver a la normalidad: “En las últimas semanas he pasado por visitas y controles, ya no he trabajado y también he sufrido daños económicos considerables”, explica, “ahora me gustaría concentrarme en mi profesión. Las ganas de contar historias no han disminuido”.
Vittorio Di Trapani, presidente de la Fnsi, fue uno de los pocos que se pronunció en estos dramáticos días: “Me puse en contacto con él inmediatamente.
Y lo volví a sentir en las últimas horas. Es inaceptable que un colega resulte lesionado en el desempeño de sus funciones. Pero también espero que la policía identifique rápidamente quién arrojó estas piedras. » No será fácil, pero se espera la respuesta del Estado.