La clave, la única posible, es el compromiso. Pero un compromiso real y duradero para detener la guerra en Ucrania no es posible si no hay (al menos) dos personas que lo acepten. Así pues, si Ucrania parece dispuesta a hacer concesiones, Putin parece, por el contrario, inflexible en sus convicciones. Pero algo se mueve y los acuerdos propuestos se entrelazan con vetos, avances y frenos categóricos, bajo el liderazgo de Estados Unidos pero también de una Europa que intenta levantar cabeza. Después del plan de 28 puntos, efectivamente estipulado por Moscú, que pasó a ser de 20 después de la intervención ucraniana apoyada por Bruselas y sus asociados, buscamos aquí un posible compromiso que establezca una síntesis de posiciones aparentemente irreconciliables.
Según informa el Washington Post, que consultó fuentes ucranianas, rusas y europeas, se vislumbra un nuevo plan en el horizonte, aunque es previsible que este tipo de solución no sea recibida con entusiasmo en Moscú. De lo contrario. De hecho, el nuevo capítulo de una negociación que aún sigue pendiente se dividiría en tres partes: el plan de paz, las garantías de seguridad y un plan de recuperación económica. Según lo reconstruido, Ucrania seguiría siendo una nación soberana, con sus fronteras protegidas por garantías de seguridad internacionales confiables, mientras que la reconstrucción estaría garantizada en parte por la Unión Europea y en parte por inversiones estadounidenses.
Sin embargo, las discusiones están lejos de terminar. De hecho, aún quedan muchas cuestiones por resolver. Sobre todo, el relativo a transferencias territoriales. Kiev parece resignada a la idea, pero el límite que hay que trazar sigue siendo problemático, dado que Moscú lo quiere todo o casi todo. Rusia exige, entre otras cosas, que Ucrania ceda alrededor del 25% de Donetsk, que todavía controla. Según el círculo mágico de Trump, es probable que las fuerzas ucranianas pierdan gran parte de esta zona durante los próximos meses de combates y, por lo tanto, sería prudente detenerse ahora. Para convencer a Zelensky, se plantea también la hipótesis de una zona de retirada desmilitarizada que reactivaría efectivamente una solución coreana. De hecho, se desmilitarizaría toda la línea de alto el fuego, desde la provincia de Donetsk en el noreste hasta las ciudades de Zaporizhzhia y Kherson en el sur. Esta línea sería estrictamente monitoreada, probablemente por fuerzas estadounidenses y europeas, siguiendo el modelo de la línea que divide Corea del Norte y Corea del Sur. Pero no es sencillo, especialmente porque Zelensky ha reafirmado que, constitucionalmente, no tiene “ningún derecho legal” a ceder territorio a Rusia.
Entre los puntos clave se encuentran las garantías de seguridad con los Estados Unidos, que se rumorea que ofrecen garantías similares al Artículo 5 de la OTAN, que requeriría que los miembros de la Alianza intervengan para defender a Ucrania de otro intento de invasión, en caso de que Rusia no respete los acuerdos de paz. Una garantía similar la proporcionarían los países europeos cuyas puertas en Bruselas estarían dispuestas a abrirse de par en par a Kiev. Esta es otra de las cuestiones que hay que resolver, ya que la entrada de Ucrania en la Unión Europea podría tener lugar ya en 2027. A pesar de la resistencia de algunos países, entre ellos la Hungría de Orbán a la cabeza, Trump parece ser capaz de sortear el obstáculo. También es delicada la reducción de efectivos del ejército ucraniano, exigida por Moscú. De 600.000 en el primer plan, esta cifra ha aumentado a 800.000, pero Kiev se niega a permitir que se incluya un límite formal en la Constitución. La central nuclear de Zaporizhzhia, la más grande de Europa, también sigue en funcionamiento. La última hipótesis se refiere a la gestión estadounidense, con energía compartida entre Rusia y Ucrania.
La presencia física de Estados Unidos también podría tener un efecto disuasorio sobre los objetivos expansionistas de Moscú. Hipótesis y esperanzas hacia un compromiso, único camino posible hacia la paz. Mientras todos estén dispuestos a dar un paso atrás. Entonces esto sería un gran paso adelante.