La panza del camión está llena. Decenas de grandes sacos blancos, sacos de escombros, han llegado al interior del camión, de algunos de los cuales sobresale una gran red verde. “Ahí está todo listo” observa Yves Michel bajo la mirada curiosa de una pequeña asamblea. Ya es hora, se marcha el jubilado del sector del transporte. Esta húmeda mañana de lunes de diciembre, en el puerto de Roscoff, en Finisterre, se dispone a cruzar Europa con un conductor profesional de la empresa SAT de Finistère para entregar una carga un tanto especial: 200 kilómetros de redes de pesca usadas.
Las doce toneladas de mercancías entregadas por los pescadores de los alrededores también tienen como destino especial: Przemysl, en la frontera entre Polonia y Ucrania. Allí el equipo recibirá una nueva vida y se convertirá en protección contra los ataques de los drones rusos. “Para mí, que he pasado mi vida en camiones, es un viaje clásico, pero con un extra emocional”, sonríe Yves Michel, en la línea de salida.
Esta iniciativa nació gracias a los voluntarios de Kernic Solidaridad