PAGMás de cuatro siglos después de Enrique IV y su pollo en la olla, la carne sigue siendo una cuestión política difícil. En Estados Unidos, ante los reveses electorales, Donald Trump se esfuerza por contener el precio de la carne vacuna, que sigue subiendo. Por este motivo, el presidente estadounidense reveló el viernes 7 de noviembre que había pedido al Departamento de Justicia que investigara las prácticas de los productores de carne, sospechando que“acuerdo ilegítimo” y otros “manipulación de precios”.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los precios de venta de la carne de vacuno aumentaron un 16% entre enero y agosto de 2025. Este aumento se explica por el tamaño históricamente pequeño de la cabaña, debido en particular a la sequía, frente a una demanda que no decae. Para resolver este desequilibrio, el presidente había pensado en cuadruplicar las importaciones de su aliado argentino. Este proyecto ha molestado a los ganaderos estadounidenses y a sus funcionarios electos republicanos. Entonces tuvimos que buscar en otra parte.
Poca música nacionalista
No muy lejos. Se destaca periódicamente la hiperconcentración del sector cárnico industrial. La brasileña JBS, número uno del mundo, las estadounidenses Tyson, Cargill y National Beef (de las cuales el 51% pertenece a la brasileña Marfrig), procesan el 85% de la carne estadounidense. Para Donald Trump, estos conglomerados, “en su mayoría propiedad de extranjeros”aplasta a los agricultores. El lobby de la industria, por su parte, afirma que lleva más de un año teniendo pérdidas.
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