En Módena, los médicos generales que prescriban menos visitas a especialistas o análisis de laboratorio recibirán de la autoridad sanitaria local un incentivo económico de 1,2 euros por paciente al año. De media, cada estudio cuenta con 1.500 socios, la dotación alcanzará los 1.800 euros. Así lo prevé un acuerdo firmado por la empresa sanitaria con los médicos generalistas, representados por Fimmg, “para promover la adecuación de las prescripciones”. Los médicos deberán limitar el número de prescripciones para visitas y exámenes especializados a un margen de aproximadamente el 25% con respecto a los realizados en 2024. Los servicios en cuestión se refieren a doce tipos de exámenes y visitas especializadas, entre ellos: cirugía vascular, dermatología, fisiatría, gastroenterología, oftalmología, otorrinolaringología, neumología, urología, además de TC, resonancia magnética, gastroscopias y colonoscopias.
El objetivo es prescribir mejor
El horizonte del acuerdo, explica la autoridad sanitaria local, es el concepto de que prescribir las visitas y pruebas adecuadas a los pacientes adecuados, es decir, a quienes las necesitan, significa utilizar los recursos sanitarios de forma responsable y eficiente. “El objetivo – explica el director general de la ASL – no es animar a los médicos a prescribir “menos” sin discernimiento. Se trata más bien de proporcionar herramientas y datos para evaluar, como individuos y como comunidad profesional, cómo y dónde pueden prescribir “mejor”, animándoles a ser virtuosos. Incluso si eso implica tener que explicar al ciudadano que la prueba que solicita no es realmente necesaria, lo que es una parte muy difícil de la relación médico-paciente”.
Lo esencial de las indicaciones de los especialistas
En definitiva, para el director de la ASL, la disposición es “innovadora” y si por un lado algunos médicos generales se han sumado, otros han expresado fuertes dudas, destacando que los objetivos del incentivo no pueden ser gobernados directamente por los médicos generales, ya que muchas prescripciones surgen de indicaciones de especialistas o de solicitudes de pacientes.
Se presentó una pregunta sobre FdI
A este respecto, hay una pregunta de Fratelli d’Italia, firmada primero por Annalisa Arletti, que pide a la Región que haga “una reflexión en profundidad”, precisando “si pretende extender este modelo también a otras empresas sanitarias de la zona”.
“Los efectos potenciales de la oferta sobre la calidad de la asistencia, sobre la adecuación clínica y sobre los tiempos de acceso de los ciudadanos a los servicios especializados son aspectos fundamentales a tener en cuenta”, subrayó la FdI, que preguntó si “se han realizado o están en curso estudios de impacto o análisis comparativos para verificar la correlación real entre los incentivos económicos y la mejora de la adecuación prescriptiva”. “Esta disposición – añadió Arletti – corre el riesgo de socavar la confianza de los ciudadanos en el médico que, a los ojos del paciente, puede tomar decisiones para ir en la dirección de recibir el incentivo económico”.