diciembre 10, 2025
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¿A quién no se le ocurriría asistir a lujosas fiestas organizadas por grandes marcas, que reúnen a personas influyentes y creadores de contenido cuidadosamente seleccionados? Sin embargo, detrás de estas suntuosas noches en las que abundan la repostería y el champán, a veces se esconde un terreno fértil para el desarrollo de conductas adictivas.

En un vídeo reciente de TikTok, la influencer de estilo de vida Manon Delcourt (597.000 suscriptores acumulados en YouTube, Instagram y TikTok) demuestra cómo su trabajo como creadora de contenidos la ha convertido en alcohólica. “El día que te levantas por la mañana y lo primero que piensas es en callarte, lo notas” dice la mujer que afirma con orgullo no haber bebido una gota de alcohol durante más de 140 días.

Con múltiples eventos a la semana, en los que bebía de 5 a 7 vasos de alcohol de cortesía, luego regresaba a casa y terminaba con una sola botella de chardonnay o lambrusco, Manon Delcourt inevitablemente terminó desarrollando una adicción al alcohol. La joven de 30 años culpa a su trabajo, pero sin atribuirle toda la culpa. Si el alcohol fluía libremente y las marcas enviaban botellas gratis a su casa, ella era quien lo hacía. “métele las gafas en la garganta”, asegura.

Pero reducir este fenómeno a una simple responsabilidad individual equivale a meterse el dedo en el ojo. Para Jean-Michel Delile, psiquiatra y presidente de la Federación de las Adicciones, el hecho

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