Llora Lando, llora también. Es bonito ver a un campeón del mundo que se deja vencer por las emociones, corriendo a abrazar a su madre, intentando hacernos creer que no son lágrimas. Lando Norris es el campeón mundial número 35 en la historia de la F1. Quizás no sea de los más chispeantes, pero tampoco de los que no dejan huella porque su historia merece ser contada. Max Verstappen abdica a su manera, ganando también la última carrera de la temporada. Nadie ha ganado tantos como él (8) este año, pero el Campeonato del Mundo con dos puntos de diferencia es para Lando Norris. Es el campeón de la moral, pero no cuenta en el cuadro de honor. Tampoco tiene sentido preguntarse dónde perdió Max estos dos puntos: en Barcelona, donde le dio un golpe innecesario a Russell, en Austria, donde Antonelli lo expulsó sin querer o quizás en Qatar, donde su amigo Kimi volvió a perder su posición en la última vuelta ante Lando, dándole estos dos puntos que se volvieron decisivos. Max acabó siendo un gigante, pero no fue suficiente. Al final, el hombre no pudo vencer a la máquina. McLaren era demasiado fuerte, sus pilotos ganaron 14 carreras en dos, siete cada uno y en la última carrera el equipo Papaya no hizo nada malo. Estrategia perfecta con el sacrificio de Oscar, enviado a la pista con neumáticos duros y luego abandonado durante 41 vueltas. Lando ganó el título con una carrera final finalmente pobre, en la que tuvo que lidiar con una buena serie de adelantamientos. Era bueno para evitar el tráfico, incluso se vio bajo investigación cuando tuvo que sacar 4 ruedas de la pista para pasar a Tsunoda. Fue investigado y luego absuelto, mientras que las 5 sanciones fueron para el Red Bull japonés.
Al final, McLaren no cumplió con sus reglas, manteniendo a ambos pilotos en juego hasta la última carrera. Entonces se hizo cargo el sentido común y si hubiera sido necesario habría llegado una orden precisa para no tirar todo por la borda en el mejor momento posible. Están de fiesta los papayas liderados por Andrea Stella, el expiloto de Ferrari que, después de 15 años, por fin ha oscurecido el fantasma del título perdido aquí con Fernando Alonso. Al final, Max careció de aliados. Leclerc y Russell nunca lograron preocupar a Lando que, una vez superado a Piastri en la primera vuelta, se mantuvo cómodamente en este podio que le garantizaba el título.
Leclerc acabó en cuarta posición, un bache que no hace menos amarga una temporada desastrosa. Hamilton subió al octavo lugar, pero probablemente fue más feliz en Abu Dhabi. Por fin podrá desguazar uno de los peores coches que ha conducido en su vida.