Una cerveza por aquí, un vino por allá y una grappa rápida: para muchas personas el alcohol forma parte de una reunión sociable y relajada. Sin embargo, el intestino no está muy relajado. Porque demasiado alcohol daña la flora intestinal y altera la digestión. Y no sólo eso. El riesgo de cáncer de colon también aumenta con el consumo regular de alcohol. Por eso vale la pena decir no gracias y tomarse días sin alcohol. Los hombres deben beber como máximo medio litro de cerveza o un cuarto de litro de vino (unos 20 gramos de alcohol) al día, las mujeres no más de la mitad.
Muchas personas también son demasiado descuidadas con los alimentos quemados y, a menudo, se comen los puntos negros. Pero estos contienen carcinógenos que aumentan especialmente el riesgo de cáncer de estómago y de colon, ya que durante la digestión se “almacenan” allí durante más tiempo. Se deben evitar temperaturas extremadamente altas al hornear, asar, freír, asar y tostar.
Los cigarrillos también suponen un peligro para la salud intestinal porque el consumo de tabaco aumenta el riesgo de cáncer de colon, según advierte el Servicio de Información sobre el Cáncer (KID) del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ). La conexión no es tan fuerte como con el cáncer de pulmón. Sin embargo, los resultados del presente estudio serían suficientes para recomendar evitar los cigarrillos y otros productos del tabaco para reducir el riesgo de cáncer de colon.
Incluso el trozo diario de carne en el plato se ha convertido en un hábito para muchos. Pero una gran cantidad de carne provoca problemas intestinales. La Asociación Alemana contra el Cáncer de Colon señala en su Guía Azul sobre el Cáncer de Colon: “Si la gente comiera menos carne y embutidos, especialmente los hombres, según estimaciones de los expertos, se podrían evitar cada año hasta 10.000 casos de cáncer de colon”. Se consideran especialmente de riesgo las carnes rojas (cerdo, ternera, cordero y caza) y los embutidos curados y ahumados.
También debes tener cuidado con el exceso de grasa. Los científicos han descubierto que una dieta demasiado rica en grasas altera el delicado equilibrio de la flora intestinal. Su conclusión: estos cambios en la flora intestinal desempeñan un papel crucial en el desarrollo del cáncer de colon relacionado con la dieta. Una dieta menos rica en grasas favorece la salud intestinal.
Las recomendaciones dicen: cada uno puede hacer algo por su intestino. Quienes reducen los factores de riesgo, aprecian una dieta sana y equilibrada, hacen suficiente ejercicio y garantizan una ingesta adecuada de líquidos contribuyen de forma valiosa a la salud intestinal.