Un viaje para recargar pilas. En dificultades psicológicas, Ronald Araujo, capitán del FC Barcelona, se hizo cargo de Israel esta semana. Autorizado por su club a tomarse un descanso de “período indefinido” mientras recupera fuerzas, el central uruguayo ha sido visto en Jerusalén, Nazaret y Belén en los últimos días. Ferviente creyente, este último emprendió una miniperegrinación con el objetivo de visitar varios lugares santos cristianos en Israel.
Un enfoque poco común en el mundo del fútbol, donde los problemas de salud mental siguen sin tratarse en gran medida. Si Araujo aún no se ha pronunciado para expresar su malestar, la prensa barcelonesa es categórica: el jugador de 26 años vivió muy mal la derrota catalana ante el Chelsea en la Liga de Campeones el 25 de noviembre (3-0). Expulsado antes del descanso en Stamford Bridge, el defensa que llegó al Barça en 2018 fue objeto de muchas críticas tras acelerar la derrota de su equipo.
Una tarjeta roja ante el PSG como detonante
Considerado una vez una gran esperanza del fútbol mundial, el hombre que debutó con el Barcelona a los 20 años no se ha librado de la afición del gigante español en las últimas temporadas. El motivo: sus recurrentes fallos de concentración durante los partidos importantes, como su tarjeta roja ante el Paris Saint-Germain durante el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones en abril de 2024.
A punto de marcharse durante el mercado de fichajes de verano tras el fracaso ante el PSG, Araujo finalmente fue retenido por la directiva del Barcelona, pero nunca recuperó su condición de titular indiscutible con Hansi Flick. Su error contra el Chelsea fue, por tanto, la gota que colmó el vaso, que ya estaba muy lleno.
El internacional uruguayo (25 internacionalidades) no ha entrenado con sus compañeros desde este partido. El lunes 1 de diciembre sus asesores se reunieron con Deco, director deportivo del Barça, para analizar el estado mental de su jugador. “No está preparado para jugar”, según su entrenador, por lo que quedó temporalmente liberado de sus obligaciones mientras recargaba pilas, sin que se le hubiera fijado ningún plazo.
Una estancia muy criticada
Araujo, conocido por ser un católico acérrimo, no se fue de vacaciones y optó por un retiro espiritual, tal como lo hizo Victor Wembanyama el verano pasado. Pero a diferencia de la estrella del baloncesto, el central no se codeará con monjes budistas en un templo Shaolin. Según varios medios israelíes, acudió al Muro de las Lamentaciones a rezar.
Si el ribereño espera encontrar un oasis de paz en el corazón del Estado judío que le permita reencontrarse consigo mismo, según palabras del diario catalán Sport, este paréntesis no le ha alejado de las críticas. De hecho, su estancia en Israel fue muy mal recibida por muchos seguidores del Barça en las redes sociales debido al contexto geopolítico y la guerra en Gaza. El jugador del Barcelona no publica nada en sus redes personales desde el 24 de noviembre.