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Andrea Riccardi
Con la masacre del 7 de octubre y el trato dado a los rehenes secuestrados, Hamás cometió crímenes contra la humanidad, incluidos asesinatos y torturas. Amnistía Internacional escribe esto en un informe titulado “Atacando a civiles: asesinatos, toma de rehenes y otras violaciones por parte de grupos armados palestinos en Israel y Gaza”, en el que condena al grupo islamista y otras facciones armadas palestinas por los crímenes cometidos durante la masacre y pide la devolución de los restos del último rehén restante, el sargento mayor Ran Gvili. Amnistía Internacional había acusado anteriormente a Hamás de cometer crímenes de guerra durante la masacre, pero nunca había afirmado que la escala y la naturaleza de la violencia alcanzaran el umbral de crímenes contra la humanidad.

La ONG también condenó los asesinatos, exterminios, encarcelamientos, torturas, desapariciones forzadas, violaciones y otras formas de violencia sexual perpetradas por Hamás. El informe atribuye la responsabilidad de la masacre “principalmente” al llamado ala militar de Hamás, las Brigadas Izzadin al-Qassam, acusándolas de ser “principalmente responsables”.

Luego acusa a otros grupos terroristas en Gaza de ser menos responsables, incluida la Jihad Islámica Palestina, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa y otros civiles palestinos supuestamente no afiliados que participaron en la masacre.
