diciembre 10, 2025
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La Iglesia, las ONG y las asociaciones jurídicas pro-inmigrantes están afilando sus cuchillos para derrotar el punto de inflexión de la UE, que adoptó ayer la línea italiana en materia de inmigración ilegal. La jueza Silvia Albano, del tribunal de Roma, se muestra cautelosa, la primera toga que utiliza el modelo albanés. Cuando Giornale le pidió un comentario, respondió lo siguiente: “Aún no he leído el texto de la propuesta reglamentaria del Consejo de la UE. No me gusta basarme en artículos de prensa”. Es poco probable que el presidente del poder judicial democrático levante la bandera blanca sobre el “renacimiento” de los centros en Albania gracias a la línea dura que se está gestando en el seno de la Unión Europea. Desde Turín, en otro frente, se interpone otro papel, el de la fiscal general, Lucía Musti. En una entrevista de “gracia” en el centro social Askatasuna: “Ex lege, no existen condiciones para que el Ministerio Público ordene el desalojo del inmueble”.

En el frente migratorio, la acogida de los talibanes ha aumentado la presión. El informe sobre el derecho de asilo presentado ayer por la Fundación Migrantes, órgano pastoral de la Conferencia Episcopal Italiana, considera la externalización del control migratorio, según el modelo albanés, “al margen de la democracia”. El documento del organismo episcopal responde a la decisión del Consejo de la UE: “El modelo albanés, más que ser considerado como un monstruo aislado, debe situarse en el continuum de las políticas europeas de externalización, como banco de pruebas para la estabilidad de los principios democráticos y jurídicos de la Unión”. Nuestro país sigue atrayendo a un gran número de refugiados potenciales: “Mientras las solicitudes de asilo en la UE han disminuido (-13%; Alemania -30%), Italia alcanzó su récord histórico en 2024 (casi 159.000)”. Para el informe Migrantes, el “récord” de solicitudes rechazadas es una señal negativa. “En 2024, las comisiones territoriales emitieron un 64% de negativas, frente a una media europea del 51%. Y en el primer semestre de 2025, las negativas fueron del 69,5%”.

El arzobispo Gian Carlo Perego, director de Migrantes, no está “tan seguro” de que el acuerdo con la UE “imponga la limpieza de centros caros, escandalosos y hasta ahora no utilizados en Albania”. Gianfranco Schiavone, miembro de Asgi, la asociación legal pro-migrante también financiada por Soros, está echando una mano. El texto aprobado por el Consejo de la UE estaría “lleno de graves problemas jurídicos”. En la ruta de los Balcanes y en el centro de Albania, se había anticipado a los pasos del juez Albano. En el Consejo de la UE, consideró con Repubblica que “la elaboración de una lista europea de países seguros no soluciona nada si no respeta los criterios legales que los definen y que permanecen inalterados”. Schiavone predice “un elevado número de conflictos”.

Francesco Ferri, experto en migraciones de Action Aid Italia, añade: “Las conclusiones judiciales que ya han llevado a la censura de las acciones del gobierno en relación con los traslados a Albania son numerosas y de ninguna manera quedan superadas por esta nueva legislación”.

Mediterranea Saving Humans, fundada por Casarini y sus socios, expresa “su firme oposición a las nuevas políticas de represión de la migración, aprobadas por los gobiernos de la UE”. Y lanzó la movilización mediante “la desobediencia y el sabotaje a estas leyes injustas y peligrosas”.

Los asociados de Askatasuna en Turín mantienen “la ciudad bajo control”, como declaró el prefecto, con episodios violentos, en particular su participación en el asalto pro-Pal a la redacción de La Stampa.

En la entrevista concedida a la edición local del Corriere, la fiscal general, Lucía Musti, confirma la exasperación de los ciudadanos y la estrategia de violencia. Admite, sin embargo, que “no existen condiciones para que el fiscal ordene la expulsión” del centro social Askatasuna.

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