¿El Inter realmente está sufriendo grandes desgracias o simplemente está sufriendo grandes desgracias? Mientras tanto, los datos siguen siendo preocupantes: Juventus, Napoli y Milán en Italia, Atlético de Madrid y Liverpool en Europa, cuando se sube el listón, los nerazzurri lo bajan. Demasiadas 5 derrotas para ser casualidad (en el balance también está la del Udinese, que sin embargo no es gran cosa). Sin embargo, casi siempre, existe la explicación beneficiosa para completar lo que aún falta en el famoso vaso: el portero que se equivoca (Juventus), el de los demás que hace milagros (Milán), un penalti inventado (Nápoles), luego una distracción fatal (Atlético), y así sucesivamente con la lista de arrepentimientos, los postes y las oportunidades perdidas, la posesión y la estética, que sin embargo no forman parte de la clasificación porque los partidos se ganan con goles y no con méritos presuntos.
En este sentido, la derrota ante el Liverpool es la peor de todas y no sólo porque complica la carrera por una plaza en el G8 de la Liga de Campeones, porque el arrepentimiento lo es todo y sólo en ese penalti concedido a Bastoni (también culpable de ingenuidad al menos tanto como Wirtz de simulación), porque por primera vez el Inter jugó peor que el rival que luego le venció. Con Sommer el mejor en el campo. Si los puntos se hubieran contado como en el boxeo, Chivu habría perdido a Slot incluso antes del penalti, pitado por un árbitro que al final del partido resulta tener un pasado muy publicitado, complementado con una antigua descalificación por apuestas (a las que, sin embargo, el italiano Rosetti confió la última final de la Europa League, por lo que se considera fiable). Una pequeña conversación, por cierto. Las lesiones de Calhanoglu y Acerbi, que han debilitado el banquillo nerazzurri, no deben verse únicamente como una señal de buena voluntad.
El turco espera estar ya en Arabia Saudita, el defensa volverá el año que viene. Génova el domingo, para seguir compitiendo al menos en el campeonato. Luego la Supercopa.
Semifinal con el Bolonia (¿categoría “adulta” o todavía no?), al que Chivu espera arrebatarle el pase a la revancha. Ya sea Nápoles o Milán, pocos cambios, ya que perdió ante ambos. Y levantar un trofeo sería la mejor manera de demostrar que el Inter no tiene el síndrome de los grandes desafíos. ¿Pero quieres decir lo contrario?