diciembre 12, 2025
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Con algunos de los invitados, anoche, en la cena en el Acuario Romano, con motivo de la primera edición del Premio Thatcher ganado por Giorgia Meloni, la propietaria del Palazzo Chigi cita la frase que más le gusta de la Dama de Hierro: “No conseguirás nada si no haces un pequeño lío, pero cuando hayas subido la montaña a tu satisfacción, plantarás en la cima la bandera de tu país”. Eso es lo que dijo Maggie y eso es lo que Giorgia quiere hacer. Quien pronunció un breve discurso anoche, en inglés. Elogió a Thatcher como defensora de la libertad, dijo que se consideraba un “soldado de la libertad”, etc., hablando de conservadurismo: “Estamos en el lado correcto de la historia”.

CORAJE Y CAMBIO
Cenamos todos juntos, y entre otros están el presidente del Senado, Ignazio La Russa, y Raffaele Fitto, vicepresidente de la Comisión Europea, en esta iniciativa impulsada por New Direction, el think tank conservador con sede en Bruselas y presidido por el eurodiputado de la FdI, Nicola Procaccini. Todos en la mesa de este maravilloso lugar de Roma, la “ciudad eterna”, como la llama Procaccini en inglés: hay responsables políticos, académicos y líderes políticos internacionales. Meloni no es el único que celebra, aquí también están los demás: el filósofo francés Rémi Brague; Michael Gove, ex ministro británico y ahora editor jefe de The Spectator; la líder bielorrusa Sviatlana Tsikhanouskaya; la leyenda del golf estadounidense Jack Nicklaus; el empresario Neal Harmon, fundador de la plataforma Angel; El actor estadounidense Neal McDonough. Uno de los colaboradores y asesores políticos más cercanos de Thatcher, Robin Harris, dijo a los presentes: “Tenía un cerebro muy agudo”. Hermosa música de jazz, buena comida y mucho glamour, pero el corazón de la discusión tiene una verdadera sustancia política. En otras palabras: ¿cómo influye la lección de Thatcher en la acción de Meloni después de 40 años?

Giorgia dice Giorgia: “Chicos, no empecemos a decir que soy la nueva Thatcher, o incluso la nueva Dama de Hierro, porque, en definitiva, mantengamos las proporciones…”. Por supuesto. Pero más allá de las obvias diferencias de época y estilo, hay un punto en común: la retórica de la necesidad. La necesidad de cambiar, de cambiar tu país, de hacer que las cosas sucedan. Hay un hilo ideal entre Meloni y Thatcher, que hoy cumpliría 100 años. Baste decir que uno de los libros del Primer Ministro, ‘Giorgia’s Version’, comienza citando a Talkien y termina con Thatcher. Qué parábola, ¿verdad? Cambiar el país, pero también desafiar el corporativismo sindical. Era Thatcher, y su conservadurismo no era conservación sino todo lo contrario. Fue una innovación. Meloni se refiere a esta lección y, casualmente, fue en vísperas de la huelga general de la CGIL cuando recibió el Premio Thatcher. Lo cual, como también nos recuerda un vídeo, contra la inacción y el hipersindicalismo ha conseguido resucitar la economía británica. Maggie repitió: “No hay alternativa”, para decir que no había otro camino que sus reformas. Meloni – sugieren todos los presentes en el Acuario Romano – pide confianza como garantía de estabilidad, apuesta por el crecimiento y trabaja por el reconocimiento internacional. Dos mujeres líderes, cabe añadir. El primero es la vuelta a la historia a la que tanto dio y sobre todo una cosa: el coraje de romper ciertas cadenas. El segundo, Meloni, en el siglo siguiente, tendrá a su vez varias cadenas que romper para liberar a Italia y el primero es la falta de confianza de Italia en sí misma y la dificultad para pensarse fuerte (título de Atreju: “Te has hecho fuerte”).

En su breve discurso, la Primera Ministra cita a Roger Scruton, el filósofo conservador que fue un referente del thatcherismo. Y Meloni, que viste una chaqueta roja, habla de conservadurismo: “Es el antídoto a la destrucción de las identidades. Y cada identidad fuerte no destruye a las demás. Necesitamos tener una comprensión clara de quiénes somos y si no lo entendemos, no podemos interactuar y respetar a los demás. »

EL OESTE
Además de su enfoque muy riguroso de la inmigración, Meloni admira el atlantismo de Thatcher y una concepción idéntica de Occidente como un campo unido por valores y perspectivas. En junio de 2025, en el Parlamento, el Primer Ministro citó estas palabras de Maggie y las repitió informalmente anoche: “Nunca olvidemos que nuestro estilo de vida, nuestros valores, todo lo que queremos lograr no estará garantizado por la rectitud de nuestras causas, sino por la fuerza de nuestra defensa”.

La defensa de la libertad y la estabilidad (Thatcher cumplió tres mandatos) como condición para el desarrollo. El liderazgo de la Dama de Hierro y las políticas procrecimiento ayudaron a impulsar el renacimiento del Reino Unido, tanto en términos de prosperidad económica como de su papel en el escenario mundial. Esto es lo que Meloni espera para Italia. Y New Direction recibió el premio – así dice la motivación – porque “Meloni demuestra que la revolución thatcherista nunca fue sólo británica, sino que demostró ser un modelo todavía válido para un continente en busca de coraje, claridad y convicción”. ¿Qué más tienen en común las dos mujeres del conservadurismo? “Los enemigos”, responden todos entre el aperitivo y el brindis en esta velada de los Premios Thatcher: “Si Maggie hubiera sabido que estaba despierta, lo habría mirado fijamente”. Un poco como Giorgia.

Mario Ajello

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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