El fin de un reinado republicano que duró casi treinta años. El martes 9 de diciembre, la demócrata Eileen Higgins ganó la alcaldía de Miami, Florida. Convertida con el paso de los años en un símbolo de la tradición conservadora del estado costero que votó principalmente por Trump en las tres últimas elecciones presidenciales, la ciudad no sólo pasó al bando demócrata, sino que también eligió a una mujer por primera vez en su historia.
Victoriosa con el 60% de los votos frente al candidato republicano Emilio González, la mujer de 61 años puso fin a 28 años de gobierno republicano en Miami, que no había elegido un alcalde demócrata desde Xavier Suárez en 1997. Al final de su campaña, la alcaldesa electa prometió una “gobernanza ética y responsable que produzca resultados concretos para la población”.
La victoria del demócrata refuerza la racha de éxitos del partido de oposición, que elevó a Zohran Mamdani a la alcaldía de Nueva York a principios de noviembre y eligió a dos gobernadoras en Virginia y Nueva Jersey. Al contrario, supone una derrota simbólica para los republicanos, que pierden la capital financiera del estado donde Donald Trump pasa la mayor parte de sus fines de semana, en su segunda casa en Mar-a-Lago.
La popularidad del presidente estadounidense ha caído a su nivel más bajo desde que regresó al poder en enero, en gran parte debido al alto costo de vida, que las encuestas muestran que los estadounidenses atribuyen en parte a los aranceles aduaneros.
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