diciembre 10, 2025
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Nuevos problemas para el Louvre. El famoso museo parisino, asaltado por cuatro ladrones que robaron las joyas de la corona de Francia el 19 de octubre, tras problemas estructurales que provocaron el cierre de una galería hace unos veinte días, debe reaccionar ante la inundación de la sala de Antigüedades egipcias. Graves daños a cientos de libros de la biblioteca.

Según se anunció ayer, la fuga de agua de una tubería que, según algunos documentos, ya había sido reportada como defectuosa, se produjo el pasado miércoles 26 de noviembre. “Entre 300 y 400 obras resultaron dañadas”, supo Francis Steinbock, administrador adjunto del museo, quien confirmó la información de la revista La Tribune de l’Art. El agua que se escapaba de las tuberías entró en la habitación, dañando gravemente las revistas de egiptología y la literatura científica utilizada por los investigadores. Todas las obras datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Se trataría de obras dañadas, pero se excluyen las “pérdidas irreparables y permanentes” de las colecciones. Los cuales no son documentos únicos en el mundo, aunque sí valiosos para los especialistas en historia de Egipto que los consulten. Ningún daño, como parecía inicialmente, a los hallazgos u obras que forman parte del patrimonio del museo.

Los documentos “se dejarán secar y luego se enviarán para encuadernarlos y volver a colocarlos en los estantes”, añade Steinbock. La dirección del museo anunció que la fuga de agua se había producido en la red hidráulica que alimenta el sistema de calefacción y ventilación de la biblioteca, en el ala Mollien. La causa sería una apertura incorrecta de una válvula, lo que habría provocado una fuga de agua.

Sin duda, “el nuevo incidente confirma una situación que no hace más que empeorar desde hace demasiado tiempo”, lamenta el sindicato Cfdt-Culture. Hace unos veinte días, el museo se vio obligado a cerrar preventivamente la Galería Campana, que alberga miles de jarrones y cerámicas griegas antiguas recopiladas en el siglo XIX por el coleccionista romano Giampietro Campana.

Un informe de los técnicos del museo alerta sobre la estanqueidad de algunas vigas ya observadas, lo que provoca una “fragilidad estructural” en el segundo piso del ala sur. En cuanto al espectacular robo del 19 de octubre, los ladrones están en prisión pero el botín aún no ha sido encontrado.

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