De la reunión de la Reserva Federal estadounidense (Fed) del miércoles 10 de diciembre surgieron varios mensajes y no todos dicen lo mismo. El banco central ha decidido bajar los tipos de referencia un cuarto de punto por tercera vez consecutiva, la primera desde 2019: ahora se sitúan entre el 3,5% y el 3,75%. Se trata del nivel más bajo de los últimos tres años, lo que no impidió que el presidente estadounidense Donald Trump declarara, tras el anuncio, que la Reserva Federal podría “doble” su recorte de tipos.
Este nuevo impulso a la economía estadounidense viene con un gran subtítulo: el consejo de gobernadores y directores de los bancos centrales locales, que toma la decisión después de una votación, nunca se ha mostrado tan dividido, en la historia reciente, sobre la lectura de los acontecimientos actuales y la estrategia a seguir después.
“Las condiciones del mercado laboral parecen estar enfriándose gradualmente y la inflación sigue siendo bastante alta en relación con nuestros objetivos”dijo Jerome Powell. El presidente de la Reserva Federal cree que los datos no han cambiado sustancialmente desde octubre, a pesar del cierre, el largo cierre de la administración federal y la falta de publicación de los últimos datos sobre el empleo y los niveles de precios. Esto significa que, en su opinión, la balanza de riesgos todavía se inclina a favor del apoyo al mercado laboral. Las últimas señales parecen mostrar que la creación de empleo ha sido insuficiente durante varios meses, una señal de una economía estancada. La reducción de tipos pretende hacer más fluido este mercado, pero al mismo tiempo puede alimentar la inflación.
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